24 de enero: un paro multisectorial, masivo y feminista

Desde que la CGT y las CTA convocaron al paro general del 24 de enero se vienen realizando múltiples convocatorias que tienen como objetivo lograr que la medida de fuerza sea lo más masiva posible para poder frenar el DNU, el Proyecto de Ley Ómnibus y también el protocolo antiprotesta. La importancia vital de que se sumen los feminismos para no perder derechos conseguidos en los últimos años.
Por Laura Rosso
Graciela Güell es Secretaria General Adjunta de UEPC Capital y Referente de Construcción Docente, agrupación de Docentes Independientes en lucha. Anahi Rayen Mariluan es cantora y música mapuche, escribe y compone en mapuzungun, idioma del pueblo mapuche, con la convicción de contribuir al futuro del pueblo al que pertenece. Ambas dan sus visiones sobre el paro general del 24 de enero, una desde Córdoba capital y la otra desde Neuquén, cuando acompañó la reunión del Frente Cultural de Norpatagonia, con la intención de aportar desde una perspectiva “como integrante de diferentes colectivos indígenas”.
Anahí, ¿cómo fue participar de esa asamblea, qué te dejó, y a qué conclusiones llegaron?
Anahí: La reunión asamblearia es una metodología que hay que sostener y celebrar aún en la disidencia, porque justamente se logran y actualizan nuevos saberes. De esa manera escuchamos distintos pensamientos de la ciudad de Neuquén en sintonía con los de Bariloche. Las metodologías de trabajo, en sus distintas comisiones, resolvieron denuncia y resistencia con ahínco en el cuidado.

Por su parte, Graciela cuenta que en lo que va del año, desde UEPC capital participaron en distintas acciones generadas en Córdoba por diferentes colectivos y sindicatos. Estuvieron presentes en Asamblea del Polo de la Mujer, bajo la consigna “¡Despedir y precarizar también es violencia!”, en la Concentración en el Polo Sanitario, en el marco del paro activo de ATE en protesta por la ola de despidos y en defensa de lo público y en el Cacerolazo/Cordobazo cultural, para manifestar el serio riesgo que corren los recursos culturales. Dice: “Además laboramos un documento preparando y convocando al paro y movilización del próximo 24, paro que tiene que ser masivo. Lo que creemos y sostenemos es que sólo con la organización y la lucha en la más amplia unidad posible vamos a poder poner freno a este ataque brutal a los derechos, a la clase trabajadora y a la democracia misma”.
¿Qué motivos te afectan como docente?
Graciela: Todo el avance sobre los derechos que nos llevaron años y años de lucha. Es un gran ataque a la escuela y a lo público en general. Sólo para mencionar algunos motivos: Habilita la no presencialidad desde el 2° ciclo de la primaria, esto desconoce la importancia de los procesos de aprendizaje, los vínculos, las construcciones colectivas. Al término de la secundaria plantea una evaluación cuyos resultados serían públicos, lo que estigmatiza no sólo estudiantes sino también instituciones. Desconoce los estatutos docentes incorporando mecanismos de control y evaluación en el ingreso, permanencia y ascenso de la carrera docente. Desvaloriza la formación docente. Declara una emergencia previsional que habilita a reformar edad y años de aportes. Y atenta contra el régimen especial docente. Todo este avance en el marco del protocolo represivo; ajustan a quienes vivimos de un salario o jubilación y nos quitan el derecho a protestar.

¿Y a vos Anahí, desde tu trabajo como cantora y música mapuche?
Anahí: No creo que estemos reparando en motivos individuales para enfrentar las políticas que se proyectan de ahora en más, creo fundamentalmente en la amenaza a derechos colectivos, razón de esta reunión y acompañamiento de los reclamos desde muchos sectores para enfrentar estos nuevos discursos de odio.
¿Cuáles son las insistencias y demandas para ambas en las que se anclan como trabajadoras de la cultura y de la educación, esas en las que no es posible retroceder?
Anahí: Soy mujer mapuche y luego trabajadora del arte, en esa línea observo que la opinión pública aprende más rápido a odiar que a conocer. Me interpela así, el espacio de comunicación y construcción de saberes comunitarios que consoliden un mejor vivir. Como mis colegas me extraño del espacio de disputa social en que anclan medios y redes sociales porque los trabajadores del arte somos necesarios como traductores de sonidos y realidades que nos rodean.
Graciela: Las mismas demandas que venimos sosteniendo desde hace tiempo, que nos llevaron a recuperar la delegación Capital de UEPC y que hoy cobran mayor fuerza: Condiciones dignas para enseñar y aprender. Educación pública inclusiva y de calidad. Defensa del salario y las jubilaciones. Ningún docente bajo la línea de la pobreza. Basta de precarización laboral, titularización de los cargos y horas. Y no a la violencia y maltrato laboral.
Córdoba es una provincia donde el porcentaje de votos que sacó Milei fue elevado, ¿qué lectura hacés como docente y
qué líneas son estratégicas para aportar a la construcción de un paro multisectorial, masivo, popular y feminista?
Graciela: La caracterización del electorado cordobés es compleja, pero podemos señalar un par de cuestiones. Hace tiempo es un electorado inclinado a la derecha, el sujeto social está muy lejos del de la Córdoba de la Reforma Universitaria y el Cordobazo. A esta caracterización se agrega el fenómeno del hartazgo con la dirigencia política, en todos los niveles, que llevó a elegir lo que se presentaba como “distinto”, la “no casta”. El desafío que nos planteamos es poder generar distintos espacios de intercambio y debate a partir de la realidad social que estamos viviendo y encontrarnos en las problemáticas que son comunes, dialogando con todas y todos, más allá de las diferencias político- ideológicas. Desde abajo, organizarnos para resistir y luchar frente al brutal ataque que estamos viviendo. Coordinar con los distintos sindicatos, organizaciones sociales, colectivos. Acá el movimiento de mujeres tiene mucho para aportar, en su mística y en su método.
Para concluir, Anahí señala: “El escenario es adverso pero debemos volver a la reunión. La presencia de mujeres y mujeres indígenas orientan la brújula de la lucha con un fuerte anclaje territorial que defiende, además, ríos y bosques. Todo indica que la presencia mapuche en nuestras ciudades da cuenta de sus historias de lucha, en la que suma alumbrarse”.