El cuerpo colectivo en las calles como metodología de lucha

La colectiva feminista Las Tesis, junto con Luci Cavallero, Rita Segato y Clarisa Gambera compartieron sus pensamientos en torno a qué significa hoy poner el cuerpo en la calle, un encuentro para pensar y buscar nuevas maneras de seguir indisciplinándonos como cuerpo colectivo. 

Por Laura Rosso

Sibila Sotomayor y Dafne Valdeés, del colectivo interdisciplinario feminista Las Tesis (Chile), estuvieron de visita en Buenos Aires. Junto a NiUnaMenos, La Revuelta Neuquén y Movida Ciudad, la Campaña por el Derecho al Aborto Legal de CABA, realizaron una performance de espaldas a la Casa Rosada y, al día siguiente, participaron de una conversación en el Auditorio de ATE: “Las ideas siguen vivas en los cuerpos y en las calles”. Acompañadas por Luci Cavallero, Rita Segato y Clarisa Gambera, y con la coordinación de Verónica Gago y Mariela Singer compartieron sus pensamientos en un encuentro para seguir dialogando en red y apelar a otros sentidos y emociones a través del cuerpo y del trabajo colaborativo. 

Desde sus comienzos, Las Tesis crean estrategias metodológicas a través de la performance con la idea de ampliar las teorías feministas. “Explorar esas metodologías de performance puede producir y transmitir conocimientos”, proponen. Con recursos pedagógicos, con estrategia visual, a través de escritos, intentan tensionar. Llevar sus inquietudes -que pueden ser muy concretas y domésticas- a otros sentidos, a una experiencia sensorial, a la afectación y encontrar así otro canal de divulgación. “La clave es nombrar con la performance en el espacio público”, subrayan. “Y también la manera de hacerlo, la forma, los ritmos que elegimos, es una forma de hacer feminista. Eso es lo que nos ha permitido instalar otros lenguajes interesantísimos. Esa es nuestra herramienta, ese es nuestro lenguaje y el modo de hacer es político, es feminista”, cuentan Las Tesis. “Lo político es la vida misma, los gestos, el humor, pensar en conversación, aquí y ahora”, suma Rita Segato.

Las Tesis se juntan, convocan y generan un hacer feminista “que va en contra de una forma más masculinizada, que tiene un repertorio de protesta bastante definido y bastante más ordenado y jerárquico. Hay una genealogía también de protesta a través de la performance artística o a través de la performance entendida como acción directa. Y eso lo reconocemos en una historia muy larga que viene empujando esta posibilidad”, señalan. Para Las Tesis esa insistencia en la colectividad es una clave política.

Luci Cavallero habló de la situación coyuntural de la Argentina: “El feminismo hizo el ejercicio de indisciplinar cuerpos en lugares que no estaban politizados. Me parece que cuando se nos habla de batalla cultural, es una gran batalla material que estamos enfrentando y que tiene que ver con reponer la disciplina en esos puntos en donde nos indisciplinamos, donde tejimos, donde ocupamos el espacio público de otras maneras, donde nos afectamos de modo diverso”. A la pregunta de qué es poner el cuerpo en la calle y cómo hacernos un cuerpo colectivo, Luci plantea que jubilados y jubiladas son el colectivo que efectivamente está “cargando con todo el peso del ajuste pero que, además, están mostrando una persistencia, una insistencia en poner el cuerpo en una situación que es radicalmente otra. Hoy poner el cuerpo significa hablar de tiempo, el tiempo para poner el cuerpo, y aparece la pregunta por la salud mental y por las alianzas”. 

Para resistir en esta coyuntura hay que asumir el diagnóstico, dice Luci. “Hay cuestiones específicas nuevas, como es el abandono de ciertos marcos de la democracia que habíamos conseguido a fuerza de lucha, incluso por la fuerza de las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo. Eso está siendo abandonado drásticamente, porque se están levantando de la mesa del pacto democrático. Hoy muchas de esas mediaciones institucionales están descomponiéndose y eso también requiere de otro cuerpo”. 

Luci dice que hay dos palabras más que hay que pensar al lado del cuerpo: una es deuda y la otra es veto. “Cuerpo, veto y deuda, tres palabras que tenemos que poner juntas porque el veto es la forma que está utilizando el gobierno para vetar la potencia política de los cuerpos en la calle. Tomar esas maneras en que el poder no nos puede leer, por lo tanto quizás no nos puede vetar o quizás no nos pueda endeudar. Encontrar esas maneras de hacer un cuerpo colectivo donde ellos no nos puedan leer”. 

Clarisa Gambera es sindicalista y trabaja con niñeces. Dice que las sindicalistas encontraron lenguajes nuevos como la posibilidad del paro feminista que fue discutido en una trama que era inédita. “Entonces me parece interesante pensar cómo este ciclo de luchas trajo lenguajes nuevos y formas novedosas en las que nos pudimos ir incluyendo, cada una desde la trinchera o lugar donde estaba organizándose”. Revitalizar la forma de habitar el sindicato y la calle en un contexto que es muy complejo, porque la derecha se internacionaliza, “los cuerpos de los niños y las niñas pueden ser un territorio de arrasamiento como ocurre con los niños en Palestina”, dice Clarisa. “Somos un país del sur con un gobierno que está arrasando las políticas públicas de niñez y adolescencia. Y parece que normalizamos la posibilidad de que cada miércoles se pueda empujar, gasear, golpear, dar palos a personas mayores. Eso hace un tiempo era una frontera infranqueable. Y hoy hay una escena con personas y familiares de personas con discapacidad que marchan después de un veto que es vergonzoso. Entonces ahí hay que dar un cambio de modelo profundo, estamos hablando de una gestualidad cruel que se instala”.

Para Rita Segato hay un programa perverso y esa perversidad es exactamente esta pedagogía de la crueldad, o sea, normalizar lo cruel como algo que es parte del paisaje. “Esta normalización de lo cruel como parte de la visión de la vida, hace que se modifique nuestro umbral. Yo sí creo que estamos frente a una nueva era de la vida para la cual hay que hacerse nuevas preguntas, hay que pensar en nuevas palabras, por eso hablo del desnombrar. Yo creo que sí hay que dar la manivela hacia atrás y hacia adelante, hacia una etapa histórica en la que muchos de los caminos que recorrimos, las consignas, no llegaron a destino. Politizar lo íntimo es encontrar otro camino, otro trayecto, nuevas preguntas y nuevas palabras. Llevar la intimidad a lo político”.

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