La salud mental está en las rondas. Encuentros creativos e interculturales para mujeres mayores de 60 años

Ani, Amanda y Dani forman parte de Acuerpando, una asociación civil cuyo objetivo es la promoción y el cuidado de las mujeres y siversidades. Las tres trabajan y viven en el Valle de Calamuchita, Córdoba. Se conocieron a partir del activismo feminista y Socorristas en Red. Así, tomaron conciencia de la importancia de las redes de cuidados y de las ingenierías aborteras. En 2023, pensaron estos encuentros para mujeres adultas, algunos coordinados por talleristas invitades, para que se encuentren, exploren y disfruten con otras, porque la salud mental está en esos momentos de inventar y pensar en otros mundos posibles, con creatividad. Un espacio colectivo para reír y tratar con
humor las problemáticas de la vida cotidiana.

Por Laura Rosso

¿Cómo y por qué surge esta iniciativa?

-La iniciativa surge a partir de la observación de nuestro propio entorno: las mujeres mayores que nos rodean (nuestras mamás, abuelas, mamás de amigas, de novios) se van quedando solas, después de estar una vida entera cuidando a otras personas, trabajando fuera o dentro de la casa. Empiezan a sentir que molestan, que no saben a dónde ir o con quién, que no hay espacio para ellas y si los hay, son espacios donde el foco está puesto en tratar problemáticas puntuales, no en el disfrute. También surge a partir de la idea de pensar en cómo quisiéramos habitar nuestras propias vejeces, y nos imaginamos así, como lo hacemos ahora, en ronda, en grupo, en comunidad, con amigas, con goce.

¿Cuáles fueron los disparadores para conocerse y re habitar el placer y la amistad?

-Todos los encuentros tuvieron una temática y práctica diferente. Como siempre decimos, con una actividad como excusa entramos en las charlas más profundas, acerca de ellas, lo que sienten, piensan y qué les pasa en esta etapa de sus vidas. Los disparadores fueron muchos: la salud mental, el deseo, creencias, medicinas con plantas (tinturas madres y ungüentos), danzas circulares, la ceremonia de la Pachamama, juegos, películas, encuentro de tantra, de eneagrama, tarot, astrología, bordado de muñecas, literatura y teatro. Todas herramientas que daban pie a contar experiencias y escuchar. Ese intercambio de palabra y escucha atenta fue lo que comenzó a alimentar
la amistad entre ellas. El encontrarse haciendo actividades que no conocían o que no hacían desde hacía mucho tiempo fue una forma de rehabitar el placer. Y darse un tiempo a la semana para ellas, para ser cuidadas y atendidas, es parte de ese placer también. Llegar a un espacio lindo, cuidado, decorado, calentito, con perfumes y comida rica para merendar, creemos que fue fundamental también para dar lugar a los placeres.

¿Por qué es necesario hablar de salud desde la promoción de la salud?

-Culturalmente, y desde la medicina también, nos relacionamos con la salud en general desde un lugar crítico y no desde tener una práctica de cuidados y hábitos saludable. Creemos que en todos los ámbitos tendríamos que ejercer estas prácticas de promoción de la salud, que es integral. Tener una buena alimentación, hacer ejercicio, tener un buen descanso, lazos sociales, todo eso hace a la salud y a ir fortaleciéndonos. Compartir momentos con otras personas, disfrutar con la familia, o amigos, tener un espacio terapéutico, todo ese trabajo de intercambio con otres nos ayuda a transitar la salud de una forma acompañada. Son acciones directas sobre la salud. En la vejez, el
aislamiento es una de las variables que mayor impacto tiene en los determinantes de la posibilidad de enfermarse y también de recuperarse. Entonces, pensamos en la importancia del acompañamiento, de no estar solas en esa etapa de la vida, donde los lazos sociales se reducen bastante. Nuestra apuesta es al espacio del encuentro. Las mujeres tenemos como una de las fortunas de nuestro género la posibilidad de
reconocernos, de registrar los momentos en que estamos atravesando una dificultad y de poder pedir ayuda. Y en ese mismo autorregistro consideramos que la salud mental está en conocer personas, tener entusiasmo, tener motivaciones, gustos, intereses y desafíos nuevos. Por eso es tan importante dar ese espacio de cuidado y ponerlo en valor. Mucho de la salud mental tiene que ver con no estar solas.

Bordar, cantar, bailar, fabricar cremas juntas, en todos esos haceres sumaron energías, escuchas y experiencias compartidas para saber que no estamos solas, Algunas dijeron: “Nadie nos juzga, nadie nos trata mal”, “Venimos tristes y nos vamos contentas” “Recibimos cariño”, “Me llevo amigas”.

¿Qué conclusiones salieron?

-En el momento del disfrute, del “hacer por hacer”, de explorar algo nuevo, están claramente presentes. Y en esa presencia es más fácil encontrarnos, escucharnos amorosa y cuidadosamente, prestarnos atención, acompañarnos, reírnos. Generalmente después de cada actividad nos tomamos un tiempo para hablar de eso, de los nuevos descubiertos, de alguna dificultad, del placer sentido, del tema tratado y ahí es dónde se habilita esa escucha, el abrazo, la contención, la risa, la complicidad, la intimidad. Eso, repetido a lo largo de los encuentros genera una confianza muy grande, una sensación de no estar siendo juzgadas, sino por el contrario, alentadas a hacer, a seguir, a lanzarse. Entre nuestras conclusiones encontramos lo bien que nos hace escuchar a personas que tienen la sabiduría de haber transitado mucho más, en contextos distintos.

Nosotras sentimos que ahora también tenemos estas nuevas amigas, grandes, sabias, conlas que nos reímos y las que queremos ver felices y bien.

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