“Lo que está en peligro es la vida de las mujeres”

Por Laura Rosso

“Nuestra historia es una historia de opresión, pero también es la historia de nuestra resistencia a esa opresión, que es una resistencia muy vital, creativa, amorosa, transformadora”, señala Lala Pasquinelli, abogada y artivista feminista, elegida por la BBC (el servicio público de radio y televisión del Reino Unido) como una de las cien mujeres más influyentes del mundo por su trabajo en «Mujeres que no fueron tapa (MQNFT)», un proyecto fundado por ella y que devino en comunidad para cuestionar mandatos sociales y estereotipos de belleza.

¿De qué modos crees que peligran –en esta coyuntura- las luchas que los feminismos vienen encarnando desde hace décadas y con qué herramientas hay luchar-activar-trabajar?

-Yo siento y pienso que lo que está en peligro es la vida, en general. Y la vida de las mujeres en particular. Lo que vengo observando y me aterra es la forma en la que la crueldad, los niveles de crueldad que la ciudadanía está dispuesta a tolerar, vienen creciendo desde que la ultra derecha empezó a ser una posibilidad en el espectro político, desde que el hoy presidente empezó a gritar en redes y en la TV, insultando compañeras, desplegando su performance violenta con una motosierra. De ahí para acá, siento que todos los limites de la crueldad aceptable están muy corridos. Y lo vimos durante el último paro, con el despliegue de las fuerzas de seguridad apaleándonos en la calle, pegándole a jubilados y jubiladas, llevándose a compañeras que estaban sentadas en la vereda cantando. Y el hambre, por supuesto, hambrear al pueblo, dejar sin alimentos a los comedores, sin medicamentos a las personas enfermas. Y que no pase nada. Eso a mí me hace pensar que todas estamos en peligro. Creo que las herramientas son por un lado las mismas de siempre, red, organización, movilización, disputar los sentidos y las palabras, ayudarnos, sabernos, estar en todos lados como está sucediendo. Es notable la presencia de compañeras en todas las asambleas barriales, de las ciudades, de los pueblos, en las asambleas de cultura, en los sindicatos, en las organizaciones sociales, estamos en todos lados hoy y eso es consecuencia del trabajo que se viene haciendo hace tantos años y que cada generación va tomando la posta. Creo que necesitamos más de eso, y necesitamos que muchas compañeras que aún no se acercan, no salen de su casa, no se organizan, lo hagan, que entiendan que el feminismo es para todas, que nos necesitamos todas.

A través de la campaña “Hermana soltá la panza”, apuntaron a la gordofobia, a los estereotipos de belleza y a la discriminación, y así abordaron los entrelazamientos políticos, económicos y sociales que se juegan objetualizando las identidades de las mujeres. ¿Cómo sigue operando hoy ese dispositivo político que apunta al control de lxs cuerpxs?

-Con este tema me pasa que en un contexto social tan incendiado, parece que si hablamos de la belleza y los cuerpos, estamos hablando boludeces, pero lo cierto es que en estos contextos de hambre, el control sobre los cuerpos a partir de estos ideales estéticos, recrudece, porque el cuerpo se convierte para muchas en el único “capital”, ¿no? Para muchas la belleza, encajar en el ideal de belleza es lo que les va a permitir un mínimo de movilidad social a través de una pareja, o de un trabajo donde la apariencia les permita acceder a mejores ingresos. Y no podemos perder de vista que hoy se nos exige belleza en todos los trabajos, que cuando nos dicen buena presencia, nos están pidiendo que seamos blancas, delgadas, y jóvenes, para empezar. Y sabemos que las primeras que quedan afuera son las mujeres de las clases populares, porque el ideal de belleza es profundamente clasista y racista. Yo creo que en este momento además, el bombardeo que sufrimos con esta construcción de lo femenino alrededor de la belleza se torna más insistente porque es un dispositivo que anestesia, que despolitiza y que permite naturalizar altos niveles de violencia, crueldad y dolor sobre el propio cuerpo. Y todo eso es muy necesario en un contexto como ese, que las mujeres estemos contando calorías en lugar de salir a la calle, es funcional y necesario para este contexto.

La ultra derecha escala en la violencia simbólica con discursos misóginos que niegan violencias, abusos y desigualdades, ¿qué maneras artivistas encuentra MQNFT para habitar nuevas pedagogías?

-Nosotras intentamos siempre el desmontaje de esos discursos apelando a las propias historias, por ejemplo, cuando antes de asumir habían salido con eso de que el feminismo no le cambia la vida a nadie, nosotras salimos a preguntar ¿Qué trajo el feminismo a tu vida? Cuando niegan las desigualdades, salimos a pedir que cuenten cómo afectan sus vidas cotidianas las desigualdades. Es una forma de construir un registro permanente de lo que implica vivir en este tiempo, de las violencias que nos atraviesan, pero sobre todo de cómo resistimos frente a eso. Porque nuestra historia es una historia de opresión, pero también es la historia de nuestra resistencia a esa opresión, que es una resistencia muy vital, creativa, amorosa, transformadora. Hay mucho relato de resistencia a la opresión que está subvertido, que no se cuenta ni circula porque la narrativa hegemónica es la del héroe solitario y no la de la resistencia colectiva de las mujeres y diversidades. Nosotras nos inscribimos en esa tradición de pensamiento que cree que la revolución es primero cotidiana, es dejar de sostener la servidumbre voluntaria y empezar a convertirnos en sujetas plenas y en plenas ciudadanas. Y eso no se puede hacer sola, se hace con las compañeras, de a poco, artesanalmente, sin manuales, pero cuando ese trabajo está hecho, es irreversible y muy contagioso.

¿Cuál es la agenda que tienen pensada para este año?

-Teníamos pensada una campaña que aborde todo lo que tiene que ver con las mujeres y el dinero, la educación que recibimos para ser dependientes, la desvalorización de nuestro trabajo, nuestro trabajo gratuito, muchos temas más. Pero lamentablemente, nos encontramos muy tomadas por esta conversación de supervivencia a la que nos obliga la coyuntura. También van a salir dos libros que están relacionados con las campañas anteriores y que ojalá podamos editar.

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