Paro general del 24 de enero: Sensibilidad y luchas feministas para frenar atropellos

Sindicatos, organizaciones sociales y campesinas, disidencias sexuales, la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, mujeres indígenas, colectivos culturales, se preparan para el paro del 24 de enero. En esta nota, Luci Cavallero de NiUnaMenos e Irina Muñoz, secretaria gremial de Secfer (Sindicato de Empleadas en Casas de Familia, Entre Ríos) cuentan cómo vienen trabajando para esta jornada de lucha.

Por Laura Rosso

De manera asamblearia, los feminismos populares se preparan para participar en la medida de lucha que ha convocado la central obrera de la CGT, también pensando su rol de cara al 8 de marzo. Desde Buenos Aires, Luci Cavallero señala que la multisectorialidad y la transversalidad son el objetivo a construir para este paro. “Es importante tener una fecha común, el 24 de enero, como horizonte de confluencia porque unifica lo que el DNU y la Ley Ómnibus tratan de sectorizar. Que todes tengamos una fecha común nos vuelve a unificar bajo una consigna general que es el rechazo al decreto, a la Ley Ómnibus y a las políticas de ajuste y represivas”.

¿Cómo describís la sensibilidad militante y la organización política feminista en un contexto de ultraderecha tan regresivo?

Luci: La sensibilidad feminista tiene que ver con el modo de tramar una agenda que pone, como ningún otro movimiento sobre la mesa, los niveles de violencia que hoy son necesarios para este modelo de acumulación capitalista que, además, está en su versión financiera y en su versión extractivista. Esa sensibilidad ha permitido introducir debates en la esfera pública y hacer pedagogía de la centralidad del cuidado y del trabajo no remunerado, es decir del modelo opuesto a lo que está proponiendo la ultraderecha: un individuo aislado, un empresario poderoso multimillonario que llega a ese lugar sin necesidad del Estado y sin necesidad de otras personas. Lo que pone el feminismo justamente en agenda son todas esas personas que están en nuestra vida y que dependen de nosotres, como nosotres dependemos de otras personas y cómo son esas tramas de interdependencia que nos hacen un cuerpo colectivo. Eso es central en la sensibilidad feminista así como una forma de hacer política donde entran otros lenguajes al repertorio de la militancia, como la reflexión sobre cómo ocupar la calle, lo artístico, la indagación sobre los colores, las maneras en que los usamos. Y a la vez, eso no nos deja exentas de pensar cómo disputamos poder.

La vida cotidiana está trastocada, y hace pocos días se publicó la noticia de que el Programa Registradas -que promovía la incorporación formal al mercado laboral de las trabajadoras de casas particulares-, que vencía el 31 de diciembre de 2023, no fue renovado.


¿Cómo recibieron la noticia, Irina?

Irina: Estamos sumamente preocupadas por todo lo que está sucediendo. Nosotras somos un sector nuevo en cuanto a la formalidad, a tener una ley que nos ampare. Somos hijas de mujeres que vivieron una vida totalmente precarizada, sin un recibo, sin el derecho a licencia por maternidad, sin el derecho a poder enfermarse, a tener una jubilación. Vemos un avance y sabemos que los sindicatos grandes son los más atacados pero también golpea a los sindicatos pequeños. Nosotras somos trabajadoras de otro trabajador entonces el impacto va a ser directo porque muchos no van a poder seguir sosteniendo nuestra fuente de trabajo. Y si a esto le sumamos que no hay ayuda social, que los alquileres aumentan y pueden ser pedidos en dólares, no sabemos cómo los vamos a pagar.



Encuentro en Bariloche de Trabajadoras de casas particulares


-Registradas fue una política pública para acortar el trabajo no registrado. Preocupa pensar en un Estado que no esté presente.

Irina: Registradas era una posibilidad de tener vidas dignas, y un futuro digno también. Somos mujeres de clases populares y necesitamos de un Estado que corte brechas históricas sobre nuestro sector. Hay más de un millón de mujeres empleadas de casas
particulares y un 60% no está registrada. Muchas de nosotras no tiene una casa propia. Necesitábamos del Ministerio de Mujeres y del Programa Acompañar –que también terminó- para las compañeras que sufren violencia de género.

-Luci, ¿qué lugar está ocupando la dirigencia política de la oposición ante esta avanzada destructiva sobre derechos conseguidos?

-La dirigencia de la oposición claramente es heterogénea, hay un sector que está haciendo una oposición muy marcada como es Unión por la Patria y el Frente de Izquierda y otros bloques que están divididos bajo la hipótesis de que los votos que obtuvo el gobierno le da una legitimidad tal que habría que colaborar en una gobernabilidad, lo cual es un diagnóstico completamente errado porque sabemos que las medidas que está aplicando el gobierno, incluso las maneras en que las está llevando a cabo son inconstitucionales y violan normas y reglamentos, tanto del Congreso como del Senado. Creo que hay que demostrar mayores niveles de articulación con la calle y
apelar a distintas maneras para oponerse a este proyecto que es muy radical.

¿Cómo viven desde Secfer esta coyuntura?

Irina: Hay un discurso de odio muy profundo, con un tejido social muy vulnerable, sobre todo a partir de la pandemia. Estas medidas nos van a precarizar más y no queremos volver hacia atrás. Lo que hoy está pasando ya nos trae consecuencias de despidos, de acortar la jornada laboral porque no hay dinero, porque el costo de vida subió y no nos pueden sostener. Sabemos lo que es no tener derechos laborales por eso también estamos trabajando en el sindicato la parte pedagógica. Decimos que las invitamos a marchar por sus derechos. Para que no llegue el día en que nos levantemos y veamos que lo hemos perdido todo. Esta es una lucha que recién comienza y tiene que estar en todos los barrios y territorios. Trabajar con quien tenemos al lado. Tenemos que lograr las herramientas para llegar a todas las compañeras porque es un problema de todas, no de algunas. Buscar la salida colectiva, la salida de todas.

-El escenario está abierto y lo que suceda el 24 de enero en las calles puede llegar a frenar el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus, ¿cuál es tu reflexión, Luci?

-Va a ser muy importante que el gobierno no logre estabilizar ni normalizar los atropellos institucionales y las políticas de ajuste y de crueldad que está aplicando sistemáticamente sobre la población. La fecha que va del 24 de enero al 24 de marzo es un momento crucial para intentar voltear el DNU y la Ley Ómnibus y poner en la calle políticas que obliguen al gobierno a hacer alguna mejora en los ingresos de la población.

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