Malas Prácticas. Experiencias sobre acceso a interrupciones de embarazo

“Queremos abortos cada vez más libres y feministas. Queremos sustraerle a los abortos la carga de estigma, de vergüenza y de miedo con el que se los suele narrar”, se detalla en la introducción al nuevo documento de Socorristas en Red: El derecho a abortar es Ley. Malas Prácticas. Experiencias sobre acceso a interrupciones de embarazo.

Por eso, como parte de la decisión de hacer vivir la ley 27.610,  en el 2021 Socorristas en red – feministas y transfeministas que abortamos (SenRed) realizó una convocatoria a las colectivas que la integran, con el objetivo de conocer algunas situaciones en las que se hayan vulnerado derechos en el acceso a las Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVEs) y a las Interrupciones Legales del Embarazo (ILEs) en el sistema de salud. 

Así, desde el incumplimiento de algún artículo de la mencionada ley, que se aprobó el 30 de diciembre de 2020 en Argentina, o de alguna de las disposiciones que establece el protocolo que lo reglamenta (Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo, 2021), surge la idea de visibilizar acompañamientos realizados por colectivas socorristas.

La experiencia de estos y otros acompañamientos realizados por SenRed posibilitan un cúmulo de información sobre el acceso a las IVEs e ILEs. Y en la  tarea de trazar un recorido por las malas prácticas en el sistema de salud desde que se sancionó de la ley 27.610,  se embarcaron Daniela Melchor, Griselda Cifuentes y Ruth Zurbriggen, activistas acompañantes de abortos de diferentes colectivas de SenRed con el apoyo de la periodista Laura Rosso. 

“Fue un proceso de trabajo colectivo intenso. Muchas horas dedicadas al proyecto, que nos permitieron conocer las características de otros territorios. Y nos llevó a comunicarnos con compañeras y compañeres de otros lugares  con quienes no transitamos lo cotidiano. Eso, creo, fue un plus en el proceso”, explica Griselda Cifuentes desde Bahía Blanca y con la alegría del trabajo  concluido.

Del resultado de ese proceso, surgen los registros  que dan cuenta de acompañamientos realizados por siete colectivas en diferentes regiones del país: Socorro Rosa Santiago del Estero, Acuerpando (Valle de Calamuchita – Córdoba), Las Hilarias (San Juan), La Revuelta (Neuquén), Bahía Rosa (Bahía Blanca- Buenos Aires), Socorro Rosa Costa del Uruguay (Entre Ríos), Las Rudas (Villa Mercedes – San Luis), durante los primeros ocho meses del año 2021. 

Malas prácticas en el sistema de salud

“Consideramos malas prácticas aquellas acciones u omisiones que no siguen lo dispuesto por la ley 27.610 y otras leyes y disposiciones que son fundamentales, como el Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo que profundiza los aspectos que menciona la ley y los modos de acceso y recomendaciones en procesos de interrupciones legales”, se detalla en el informe.

Para Daniela Melchor, “hay detalles,  por ejemplo, que tienen que ver con el trato que otorga el o la profesional de la salud y ahí se observa la empatía que no logran o no quieren desarrollar, que va desde comentarios estigmatizantes hasta la displicencia de dejar a una persona esperando días y días teniéndola a las vueltas”. 

Como se indica en el registro, “revisar estas prácticas no sólo implica ver qué es lo que no se cumple para denunciarlas y conformarnos con eso, sino proponer una mirada que permita cambiar modos de hacer dentro del sistema de salud, un cambio que contribuya a profundizar en las autonomías y mayor poder de decisión por parte de las personas que acceden a abortos en el sistema de salud”. 

Hacer caminos, trazarlos en el andar. Y con ello, hacer vivir la ley 27.610. Ensancharla al máximo de sus posibilidades. Por eso, los siete relatos y experiencias dan detalles que invitan a desmenuzar la ley, comprenderla para despojar las prácticas de las violencias cotidianas encarnadas en el sistema de salud. 

“Venimos, en cierto modo, a proponer prácticas de cuidado que son posibles, que para  los y las profesionales que quieran garantizar derechos no es algo imposible de hacer”, detalla  Griselda. Al tiempo que agrega que  “con este informe de Malas Prácticas, además de plantear otros modos de acompañar abortos, también estamos  observando lo que sucede en el sistema de salud que queremos visibilizar, porque no nos da lo mismo. Entonces, la red socorrista hace  ese equilibrio en remarcar lo que no se hace en el sistema de salud o se hace mal,  a la vez que se sigue articulando con las instituciones y las personas que allí trabajan para que el derecho se garantice”.  

Tal como se expresa en el informe, les, los y las socorristas activan y articulan para que  abortar “resulte una opción libre de laberintos, que sean cada vez más parecidos a los que cada persona desea y necesita. Que la sensibilidad despenalizadora y legalizadora de la Marea Verde se derrame y crezca”. Y de eso se puede leer mucho y con detalle en el importante registro de Socorristas en Red de Malas Prácticas. Experiencias sobre  acceso a interrupciones del embarazo. 

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