Tramando redes latinoamericanas en la Plenaria Socorrista

La plenaria plurinacional presencial de Socorristas en Red – feministas y transfeministas que abortamos (SenRed), llevada a cabo el 26, 27 y 28 de febrero de 2022 en Villa Giardino, Córdoba, fue pensada con el objetivo, entre otros, de problematizar los vínculos y procesos de América Latina.
El evento, que dio inicio a las celebraciones por los 10 años de activismo socorrista, durante la tarde del sábado contó con un espacio para la participación especial de compañeras de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y Paraguay. Algunas, con activismo visible y público, otras, resguardando su militancia abortera por el alto nivel de persecución y criminalización que reciben en sus países.
La siesta del segundo día de plenaria se presentó calurosa. Calor que fue in crescendo con las emociones que recorrían la sala por la valiosa presencia de compañeras activistas de diferentes países de Latinoamérica e integrantes de la Red Compañera, el espacio de articulación regional de organizaciones, redes y colectivas feministas y lesbofeministas que acompañan a personas a abortar de manera segura, cuidada y libre de violencias en América Latina y El Caribe, al que también pertenece SenRed.
Cánticos y aplausos por el logro alcanzado en Colombia fueron la apertura a esta instancia de plenaria. Es que el 21 de febrero fue un día histórico para ese país, el primero de América Latina que despenaliza el aborto en todos los casos hasta las 24 semanas.
Ruth Zurbriggen, activista socorrista integrante de La Revuelta colectiva feminista, de Neuquén, tomó la posta para presentar a las compañeras de otros países latinoamericanos, darles la bienvenida y expresarles la inmensa alegría de contar con su presencia.
Además, brindó algunos datos de un estudio desarrollado en plena pandemia por Las Libres y Fondo María de México, Con las amigas y en la casa de Chile, La Revuelta (Neuquén) de Argentina e Ibis Reproductive Health. El mismo está enfocado en conocer las motivaciones, experiencias y proyecciones de activistas que acompañan a abortar y forman parte de redes en la región.
Con el mismo, se busca “entender cómo el activismo feminista que se integra a las redes de acompañantes para garantizar abortos seguros, cuidados y amorosos en la región, se involucra en las redes”. Y, tal como detalló la activista neuquina, “qué cosas hacen que empecemos a ser parte de redes, cuáles son nuestras experiencias e historias”.
Voces y experiencias de activistas aborteras latinoamericanas
Con rostros emocionados y alegría plena, las compañeras invitadas tomaron la voz para contar sus experiencias y recorridos. Enlazaron en sus alocuciones puntos de contacto con las demás redes latinoamericanas de acompañamientos como así también los matices por las características propias de sus territorios y posicionamientos políticos.
Carla, integrante de la red Por la vida de las mujeres, de Bolivia, expresó que buscan la continua capacitación para profundizar su activismo. Mencionó que el trabajo dentro de su red es horizontal y que “la postura política que tenemos es la autonomía y la autogestión, no recibimos financiamiento y eso es parte de nuestra política”. Al tiempo que agregó que les interesa tener un trabajo transnacional, “compartir conocimientos, materiales, como así también lograr redes de contención y seguridad por el contexto de persecución que pueda haber en determinado momento”. Esto último, en alusión al alto grado de criminalización que el activismo abortero tiene en su país por la profunda sanción moral que las religiones imponen.
Las compañeras de Brasil y Paraguay hicieron, también, referencia a sus contextos y a las dificultades que atraviesan en el activismo abortero por la fuerte criminalización que reciben en sus países quienes acompañan a abortar. Problemática que encuentra contención al ser parte de la Red Compañera.
“El acompañamiento en Brasil está tan criminalizado como la misma práctica del aborto. El proyecto de Bolsonaro consiste en terminar lo que comenzó en la dictadura. La democracia en Brasil es un simulacro”, relató la activista brasileña, en consonancia con los detalles brindados por las compañeras de Paraguay, quienes manifestaron similares situaciones de criminalización a las de Brasil.
Con estos complejos contextos para el activismo abortero, “donde el país tiene como proyecto matarnos”, la compañera de Brasil detalló “es muy importante el apoyo de la Red Compañera, de la manera que sea posible, para continuar con nuestros acompañamientos”.
En contraposición a lo descripto por las compañeras de Bolivia, donde el aborto es legal sólo bajo dos causales con una fuerte penalización social de la práctica y a los contextos de Paraguay y Brasil, donde la criminalización es muy alta tanto para quienes deciden abortar como para quienes acompañan, se escuchó el relato de las compañeras de Uruguay, primer país de América del Sur que reconoció el derecho a abortar, en el año 2012.
“La lucha por el aborto en Uruguay llevó el mismo tiempo que la recontrucción democrática luego de dictadura civico-militar. Soy de las que desde los ‘80 viene peleando por la despenalización del aborto, así que he pasado por todas las etapas que han contado las compañeras de Paraguay, Brasil, Bolivia y Chile”, comenzó explicando Lilian Abracinskas, integrante de MYSU y de Las Lilas – Red de Acompañamiento Feminista en Aborto.
A una ley que tiene ciertas restricciones para el acceso, se le suma que “el gobierno de derecha, cuando asume en el 2020, se define defensor de la vida y de los derechos de los niños no nacidos”. Así, Uruguay no es, en cuanto a derechos no reproductivos, la panacea que se publicita.
Como detalló Lilian, desde la red que integra pretenden “repolitizar el debate al acceso al aborto en las generaciones más jovenes, ya que, por ejemplo, cuando se aprobó la ley de aborto en Argentina nos vinieron a preguntar cuándo lo ibamos a hacer en Uruguay”. Y agregó, “entonces debemos tener en claro que la memoria debe ser viva, debe transferirse y debemos entender los espacios intergeneracionalmente porque no podemos perder lo acumulado”.
“Tarde o temprano tenemos que mejorar la ley. Esta no es la que queríamos. Queremos la ley que logró Colombia o por lo menos llegar a lo que se consiguió en Argentina. Porque la nuestra ha quedado rezagada y ha demostrado sus limitaciones”, concluyó la activista uruguaya luego de un minucioso recorrido por los años con ley en su país.
De regreso a Chile para abrazar la flamante ley de aborto
Un momento muy esperado en la plenaria fue el de las compañeras de Chile, que llegó con la voz de Siomara Molina, integrante de la red lesbofeminista de acompañamiento Con las amigas y en la Casa. Con la adrenalina a flor de piel por los momentos históricos que se desarrollan en su país desde la revuelta desplegada en octubre del 2019, Siomara rememoró los pasos que se vienen desarrollando para lograr la tan ansiada ley de aborto en Chile.
Su relato permitió vislumbrar el inminente resultado, que llegara el 15 de marzo, a tan solo pocos días de su participación en la plenaria socorrista, con la aprobación por parte de la Convención Constitucional de la Norma General de Derechos Sexuales y (no) Reproductivos, que incluye al aborto y permite consagrarlo en la nueva Constitución chilena.
Como explicó la activista, el recorrido para llegar a ese resultado fue arduo. Luego de un intento fallido donde el Congreso rechazó un proyecto que despenalizaba el aborto hasta la semana 14 de gestación, las, los y les activistas, “convocamos a estado de asamblea permanente y armamos la Asamblea permanente por la legalizacion del aborto”.
“Y vimos que el primer paso de incidencia tenía que ver con la Convención Constituyente ya que esta tiene un mecanismo de participación que permite que las organizaciones presentemos una propuesta de norma” detalló Siomara. Por eso, presentaron una Iniciativa Popular de la Norma “Será Ley” para incorporar el derecho al aborto en la nueva Constitución. A sólo cinco días de su lanzamiento, la Iniciativa consiguió las 15 mil firmas necesarias para ingresar en la Convención Constituyente.
“Con 38.000 firmas, el doble de las requeridas, la Iniciativa Popular fue la primera que entró en discusión en la Convención”, exclamó con orgullo la activista chilena.
En los días de plenaria, las compañeras chilenas relataron los pasos de la inminente aprobación del aborto. Ahora, de regreso en su país, Siomara Molina retoma el relato, pero esta vez, con la sensación del triunfo concretándose.
“Hubo tres normas sobre derecho sexuales y reproductivos que fueron aprobadas en la Convención Constituyente. Será Ley, que ingresó como iniciativa popular y con toda la fuerza política que eso involucra. También ingresó una sobre derechos sexuales y reproductivos que presentaron las mismas constituyentes. Esa norma fue conversada con la Asamblea con el acuerdo de respetar el espíritu de la norma Será Ley. Y por último, se aprobó una norma de AS, que es una asociación de matronas”, detalló Siomara en un vertiginosa llamada telefónica, en medio de acompañamientos a abortar y reuniones con la Asamblea permanente por la legalización del aborto.
La Convención aprobó los incisos 1 y 2 de la Norma General de Derechos Sexuales y Reproductivos, que incluyé el aborto Será Ley, consagrándolos como tales en la propuesta de nueva Carta Magna. Pero se rechazó el inciso 3 que se refiere al derecho a beneficiarse del desarrollo científico y el acceso a información para ejercer de manera autónoma estos derechos. “Esperamos que en algún momento se empiece a producir de manera propia, al menos, los medicamentos que son parte del listado de los esenciales de la OMS, donde están la mifepristona y el misoprostol”, detalló Siomara sobre este punto.
El inciso 3 vuelve a la Comisión de Derechos Fundamentales para que se le realicen ajustes y sea sometido a votación en el pleno de la Convención. Desde sus redes sociales, Con las amigas y en la casa indicó: “confiamos en las Constituyentes y en las personas que elegimos para que tomen las decisiones sobre las mujeres, niñas y personas que abortan. Confiamos que las modificaciones que sufra el texto, conservarán el espíritu de la Iniciativa Popular Será Ley”.
“Ahora nos ponemos de cabeza a trabajar en la defensa del resto del trabajo que se está realizando en la Convención, porque hay que construir las condiciones para que se apruebe la nueva constitución en el plebiscito de salida, porque la campaña de la derecha es brutal”, precisó Molina desde el país trasandino.
Tejiendo redes por y con nuestra américa, la plenaria socorrista se dio el tiempo necesario para analizar las diferentes problemáticas territoriales. También, para tramar estrategias y sobre todo, para abrazarse en la escucha atenta frente a las diversidades, esas que enriquecen y profundizan. Un momento intenso, donde se reafirmó que es en red donde se potencian los activismos de las colectivas feministas y transfeministas de acompañantes de aborto.