“Dejar escritas las huellas que vamos armando”

El martes 3 de junio, se presentó en el local de NiUnaMenos de la ciudad de Buenos Aires, La decisión. Políticas de la intimidad en la experiencia del aborto. El evento coincidió con los 10 años de aquel primer 3J, una día que fue bisagra en nuestras historias.
Fue un encuentro potente y poderoso. Con palabras de bienvenida de Luci Cavallero, activistas y compañeras de militancias compartieron la presentación de La decisión. Políticas de la intimidad en la experiencia del aborto, el libro de Laura Rosso. Un material que recopila su trabajo periodístico publicado en el suplemento Las12, del diario Página12, entre abril de 2019 y junio de 2023, sobre notas relacionadas con el aborto, las redes feministas de acompañamiento y el activismo socorrista. El encuentro calentó motores para la marcha del día siguiente, miércoles 4 de junio que, con la consigna “Unir las luchas es la tarea”, ocupó las calles con una movilización masiva del colectivo NiUnaMenos junto a jubilades, trabajadores del Hospital Garrahan, discapacitades y diversos sectores sindicales que marcharon contra el vaciamiento de políticas públicas que ejecuta y profundiza este gobierno de ultraderecha.
Un libro como plataforma de encuentro
La decisión, cuenta con prólogo de Natalia Monaterolo, epílogo de Stephani Altamirano, la ilustración de tapa es de Analú Lezcano y fue editado por La Hendija. En la presentación estuvieron presentes Natalia Saralegui, Laura Lozano León y Ruth Zurbriggen, quienes compartieron sus reflexiones en torno al libro. “Un documento de memoria viva que recoge narraciones de quienes abortaron acompañadas, donde los sentidos sociales de abortar se acercan a otras posibilidades, adquieren otros matices, otros colores”, definieron desde La Revuelta GBA, en la voz de Laura Lozano León. Hacer memoria, reconocer los recorridos, las luchas, las confianzas tejidas, el valor de cuidar, “como un diario de viajes en el tiempo y en los territorios”, señaló Natalia Saralegui, para adentrarnos en geografías latinoamericanas, donde las redes de acompañamiento diluyen distancias y reparan heridas. Natalia puso el foco en el ejercicio de la autonomía, “una autonomía basada en la interdependencia, una autonomía con otres, relacional, porque hay una red que sostiene, esa es la pintura del libro”, señaló. Y citó un fragmento del relato de una persona que fue acompañada en su proceso de aborto por redes activistas feministas: “Las socorristas están presentes para dejar de pensar que algo malo pueda pasar”.
Mostrar las confianzas construidas regionalmente
Laura Lozano León rescató las confianzas que se vienen tejiendo en la región desde hace muchos años. “Las redes de acompañamiento existen y siguen insistiendo en garantizar abortos dignos. Redes latinoamericanas con sus luchas comunes y complicidades regionales para acceder a abortos libres y transfeministas. Abortos cuidados, informados, amorosos”. Laura nació en Colombia y se hizo abortera en Ecuador, con Las Comadres. Desde allá miraban a la marea verde. Cuando vino a vivir a Argentina, la acogió La Revuelta GBA y SenRed. “Quiero resaltar esto, sobre todo en este contexto tan hostil donde las comunidades migrantes nos sentimos tan en peligro. Sentirme acogida por una red es posible por esa confianza tejida desde hace tanto tiempo. El hacer socorrista es una manera de reparación y sabernos contenidas en una red es la posibilidad de reparar muchas violencias machistas”.



Fotos: Leticia Berteré
Escuchar, preguntar, escribir
Ruth Zurbriggen volvió a aquel 3 de junio de 2015: “Las revoluciones que provocamos los feminismos desde aquel 3J, son revoluciones imparables”, dijo. Un estallido callejero que fue bisagra: “la posibilidad de politizar las violencias machistas, heteronormativas y patriarcales”. “Todes estamos evocando estos años, evocamos nuestras historias que son personales, profundamente políticas y colectivas”. Sostuvo que la memoria es justiciera, “porque traerla es tomar revancha con los pasados. Así que bienvenida la memoria justiciera intergeneracional desobediente, esa memoria que nos hace empujar para más desobediencias”.
“¿Qué es acompañar?”, se preguntaba Ruth en la presentación. Interpelaciones que tienen lugar en su vida y quiso compartirlas: “¿Cómo acompañamos a las otras personas?” “¿Cuánta vida me dan las personas a las que acompaño?”, ¿Qué le dan a mi vida quienes me confían algo de sus vidas en los acompañamientos, para que mi vida no sea miserable?” Una pedagogía constante en la cual sofisticar los saberes también es una tarea para despertar ciertas sensibilidades. “Laura nos escribe porque quiere pero también porque nos quiere”, dijo Ruth con emoción, “para que la decisión de abortar se sienta distinta, con otra sensibilidad y que la palabra aborto no nos de vergüenza y podamos decirla en voz alta”.
Unir las luchas en las calles, subrayó Ruth tomando la consigna de este año de NiUnaMenos. Las calles como laboratorio, como una inmensa clase pública donde hay que seguir andando la vida activista. Un tiempo social e histórico donde las derechas y el estado de guerra han tomado dimensiones inimaginables, como escribe Stephani en el epílogo. “Toca acompañar y acompañarnos y eso desborda el acompañamiento de los abortos. Nos toca provocar gestos cotidianos de ternura, más en este tiempo de tanto horror. Mostrar que es posible, que al odio lo vamos a interpelar con gestos de ternura, en el armado de comunidades y esperanzas. Y por supuesto, hacer memoria larga de nuestras potencias es muy importante”. Antes de concluir su reflexión, Ruth habló de los amuletos: “Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, las travas de este país, las travas viejas, las travas adultas mayores, son nuestros amuletos para pensar y traspasar este tiempo. Toca estar en las calles y empujar para crear otras condiciones, porque esas condiciones no van a venir solas. Entonces seguir empujando, volver a pensar y repensar otras cuestiones, porque también pensamos cuando empujamos. Nos sostenemos, sobrevivimos a tiempos difíciles armando alianzas y articulaciones, una tarea de los feminismos y transfeminismos. Estoy convencida de que las transformaciones más vibrantes vienen por allí”.
Antes de compartir un brindis con vino tinto, Laura Rosso agradeció a todes por el encuentro de tanto disfrute y tan necesario en estos tiempos complejos y subrayó la posibilidad de recuperar el pespunte de lo íntimo para narrar abortos: “Hay ahí un posicionamiento político que funda un sentido: Hacer de la intimidad una propuesta política. Así, el socorrismo deja de lado la soledad para construir con otres, abortos libres y feministas que acompañan una decisión”.