Vacío y relajación

Belu, 28 años, Coronel Suárez, Buenos Aires

Voy a contar mi experiencia para poder ayudarte, así como a mí me ayudaron. Para que sientas y tengas todo el apoyo en esta decisión. Me tocó vivirla en una cuarentena mundial. Con muchas circunstancias y momentos en los que necesité mucha ayuda. 

Pero empezamos por el principio. Tengo pareja hace dos años. Y hace 12 años que tomo pastillas. Por razones hormonales tuve que dejar las pastillas y mi ginecóloga me dijo “cuidate porque estás 100% fértil”. Así que empecé a tener relaciones cuidándonos con preservativos. A lo que sabía que tenía un mínimo de posibilidades de fallar. Y así fue, se rompió y decidí tomar la pastilla del día después, la cual no funcionó. Luego buscando y buscando también supe que tiene posibilidades de fallar.

Después de pensar que no menstruaba por haber dejado las pastillas, por tomar una pastilla… y después de pensar y sentir que estaba embarazada; un domingo, casi un mes después, decido hacerme un test y dio positivo, en menos de un minuto. 

Mi vida se desmoronó en un abrir y cerrar de ojos. Mi familia no iba a apoyarme en mi decisión, mi pareja sí me apoyaba en lo que yo decidiera. Lloré y lloré mucho, sentí que todo lo que estaba esperando para mi futuro se estaba saliendo de control. Pero ahí tenía a mis amigas, para decirme que existía este grupo de socorristas que podían ayudarme y que todo tenía solución. Lo que yo quería era no estar más embarazada. Las náuseas y los dolores eran por esto y no por otra cosa. Un domingo entero pensando y pensando. La decisión de ser madre era nula. No podía, no quería, tenía mucho miedo, muchas ganas de que termine todo ya.

Al otro día, un lunes, plena cuarentena llamó al número que me habían pasado y me atiende una mujer, tratando de calmar mi angustia y ansiedad. Preguntándome todo lo que me había pasado, cómo me sentía. A los pocos días, se pone en contacto conmigo y me deriva con la que fue y es mi acompañante, a la persona que más jodí y pregunté cosas. Me llama y coordinamos una reunión y ahí si nos conocemos por videollamada. Muy atenta y con muchas ganas de ayudarme. Desde el primer día sentí la confianza que ella me brindaba. No nos conocíamos, ella no sabía nada de mí, ni yo de ella, pero así confiamos en nosotras y emprendimos el camino, para poder terminar con algo que yo no deseaba.

Pasé por muchas dudas, muchas preguntas, mucha ansiedad, busqué en internet, pregunté a amigas, le pregunté a mi acompañante, no podía dejar de pensar en lo que mi cuerpo iba a pasar. Porque, aunque ellas me explicaban, mi cabeza y mi cuerpo tenían miedo, cada vez con más náuseas, a raíz de lo que mis emociones reflejaban. 

Yo no soy de una ciudad grande sino de un pueblo. Lo que me llevó a tener que hacer una movida para conseguir esas pastillas, para poder abortar. Creo que eso fue lo que más miedo me dio.

Luego de dos semanas, llegó el momento de tomar las pastillas. Mi familia no me apoyaba. Por eso decidí no contarles nada. Solo a mis amigas. Y mi compañero que respeta mi decisión pero no la comparte.

Me preparo para hacer los pasos un viernes.  

Tengo la suerte de que mis amigas querían estar a mi lado. Pero decido hacerlo sola, yo sola en mi cuarto, sin nadie, con mi familia en cuarentena, sin saber nada del tema, solo lo que había leído. Nunca pasé por nada así, ni pude acompañar a nadie en esto. Sí pude leer mucho e informarme. Sabía qué me iba a pasar… me llené de información, para poder estar bien preparada. Aunque nada te prepara para algo así. 

Con mi acompañante nos sacamos todas las dudas que teníamos, nos escribimos por muchas horas y días. 

Llega el día del último paso. 

Sola, acostada, 8:30 AM. Me duermo acurrucada para esperar lo que venía, y a las dos horas, comienzan unos dolores parecidos a los de un dolor de ovarios y unas contracturas, nada fuera de lo que ya habíamos hablado. Pero un dolor fuerte, constante, molesto y que quería que terminara. Dos horas duró el dolor. Me meto a bañar, para relajar y calmar, siento que cae algo, muy distinto a lo que era un coágulo, miro y algo como un algodón aparece. En ese mismísimo instante el dolor se terminó, las contracciones desaparecieron, las náuseas y el malestar desapareció, todo desapareció. Sentí un vacío y una relajación al mismo tiempo.

Pasaron menos de 4 horas desde la última toma. Mi acompañante y amigas estaban ahí esperando el mensaje que dijera: «estoy bien, creo que ya aborté».

Examiné todo lo que había salido de mí. Cada cosa. Mandé fotos, busque en internet, es difícil saber qué era, cuando no había visto nunca nada similar. Sabía que iba a sentir el vacío, porque una lo siente.

Y sí, había abortado. Acompañada a la distancia, pero súper contenida.

Me tocó vivirlo así, sola, en cuarentena, sin el apoyo de mi familia, pero pude, porque así lo decidí, así lo quise. 

Luego de unas horas, el cuerpo me pedía mucha tranquilidad y delicadeza. Y la cabeza no paró de pensar hasta hace muy pocos días. Ahí estaban otra vez mis amigas y mi acompañante. Para aprender juntas y poder calmar ese miedo que se siente. Porque se siente, porque a veces no tenemos la posibilidad de ir al doctor y que todo sea más fácil y más seguro. Tenemos que mentir si vamos al hospital, si se complica, porque la pasamos mal, nos juzgan y no queremos eso. Entonces, el miedo es constante. Y ahí es donde las acompañantes y las personas que te apoyan cumplen el papel más importante, para escucharte y sacarte las dudas, poder dejar de pensar en que algo malo puede pasar. 

En mi experiencia por ahora todo fue bien, tuve un poco de dolor los días que pasaron y sangrado. La cabeza ocupa mucho lugar en cómo te vas a sentir. Tenés que cuidarte y observarte todo el tiempo, para poder estar atenta.

Hoy luego de casi un mes la decisión fue acertada. Mi cuerpo ya está mejor, de a poco se recupera, me sentí muy segura y muy acompañada.

Fue duro, pero es algo que sabía que quería, me topé con la gente correcta. Agradezco a las mujeres que pensaron y cuidaron de mí… Gracias. 

Sé que van a seguir luchando y voy a estar también para luchar, para que el aborto sea legal, seguro y gratuito.

Vuelve al inicio