Chubut: la defensa popular frente a la megaminería

En un clima político cada vez más complejo, la provincia de Chubut se erige como un bastión de resistencia contra las políticas extractivistas. A través de movilizaciones masivas y la sólida organización de asambleas comunitarias, las, les y los chubutenses han defendido con éxito su territorio y recursos, destacándose las movilizaciones de diciembre de 2021 que lograron la derogación de la Ley de Zonificación Minera. Sin embargo, este logro no marca el fin de la resistencia, sino que abre un nuevo capítulo en la continua lucha contra la megaminería y las políticas que amenazan la autodeterminación de las comunidades locales.
Por Daniela Cardano
Cristina «Titi» Aguero, ambientóloga y parte de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina Esquel, describe los eventos de 2021 como un hito en la historia de la lucha de la provincia de Chubut. El desafío principal fue «provincializar la lucha», unificando a las distintas asambleas locales en una movilización masiva y continua. La clave, según Titi, fue «no abandonar las calles», una estrategia que resultó en una presión insostenible para el gobierno provincial, obligando a la derogación de la Ley de Zonificación.
«El principal desafío de lo que pasó en el 2021 era provincializar la lucha que ya estaba ocurriendo durante estos 22 años que lleva la Asamblea de Esquel. Nos armamos, tejimos redes. Cuando se aprobó la Ley, se empezó a movilizar toda la provincia, de repente había movilizaciones que excedían las asambleas, fue de manera espontánea, masiva, a cualquier hora», relata Titi. «El máximo desafío fue no abandonar las calles y a la vez fue un gran logro, que es lo único que puede revertir una situación de estas características”.
Sin embargo, el reciente marco normativo del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), aprobado bajo la Ley Bases, representa una amenaza significativa para las leyes de protección ambiental en provincias como Chubut. Esta serie de reformas amenaza con socavar los logros obtenidos en la protección ambiental, poniendo en riesgo la autonomía provincial y municipal, y desafiando directamente la Ley 5001 en Chubut, que prohíbe la minería a cielo abierto y el uso de cianuro. Según Titi, «muchas de las normas que se están aprobando atentan contra los territorios y establecen la supremacía de la nación en detrimento de la autonomía de las provincias».
«El régimen establece cuestiones de entrega de soberanía absoluta», advierte. La lucha implica una resistencia activa y continua en el territorio: «estamos ante uno de los momentos más graves de los últimos años». La estrategia principal sigue siendo la misma que en 2021: no abandonar los espacios de asambleas y construcción colectiva horizontal.
Amenazas a la soberanía del agua en Chubut
Titi Aguero pone en agenda la llegada de la empresa Mekorot, que añade una capa de preocupación sobre la gestión del agua en la región, subrayando la necesidad de una atención activa y organizada. “Estamos entregando la llave del agua a esta empresa del Estado sionista de Israel que es parte fundamental para el genocidio al pueblo palestino y se aseguran de darle prioridad al consumo del recurso por parte de la empresa», explica.
La elección del gobierno argentino de involucrar a Mekorot, la empresa estatal de agua de Israel en la gestión del agua en diez provincias, entre ellas Chubut, ha generado un fuerte repudio y preocupación. La activista ambiental y defensora de la autodeterminación local, ha advertido sobre los riesgos de ceder el control de recursos vitales a una entidad con un historial criminal en negar el acceso al agua a las y los palestinos en Gaza y Cisjordania. La empresa, que despliega un dominio estratégico sobre los recursos hídricos palestinos y que colabora estrechamente con el ejército israelí para asegurar el control del agua, no solo monopoliza la distribución del recurso, sino que también restringe severamente el acceso del pueblo palestino a recursos vitales como pozos y cisternas, mientras favorece el uso del agua a Israel con privilegios desproporcionados.
Titi enfatiza la preocupación: «estamos hablando de traer a los territorios proyectos extractivistas que el gobierno etiqueta como ‘productivos’, mientras Mekorot se encargará de la gestión del agua”. Esta decisión no solo amenaza la soberanía sobre recursos naturales esenciales, sino que también subraya un enfoque que privilegia intereses corporativos sobre los derechos humanos y la autogestión comunitaria y compromete la soberanía sobre recursos naturales esenciales.
Construcción colectiva
Las asambleas comunitarias en Chubut han sido y son fundamentales en la defensa del agua y el territorio y en contra de la megaminería. Estos espacios no solo facilitan la circulación de información sino que también mantienen activa la vigilancia y la capacidad de respuesta ante nuevas amenazas. Titi enfatiza que las asambleas permiten «identificar prácticas y frenarlas a tiempo».
«Las asambleas comunitarias son fundamentales porque es ahí donde circula la información real» comenta. «Cuanto más fortalecidos están los espacios, es más fácil oponerse a una avanzada extractivista«.
Frente a este nuevo escenario, las estrategias de resistencia siguen basándose en la construcción colectiva. Destaca también la importancia de «no abandonar los espacios de asambleas» y de seguir difundiendo información sobre los impactos de la megaminería.
En un momento crítico para la autonomía y los derechos de los territorios, la voz de Cristina «Titi» Aguero resuena: la lucha en Chubut es un ejemplo contundente de cómo la resistencia organizada puede enfrentar y revertir políticas en contra del pueblo, con la defensa de la autodeterminación de las comunidades y la protección de los bienes comunes frente a las políticas extractivistas impuestas sin consulta ni consentimiento.