“Menos genocidio del hambre y más antirracismo”
Foto: Mariane Pécora
En esta nota dialogamos con Sandra Chagas en el marco del Día de la Mujer, Lesbiana, Bisexual, Travesti, Trans y No Binarie Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. El 25 de julio como fecha fue establecido durante el Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas, que se llevó a cabo en República Dominicana, tiene por objetivo reconocer y visibilizar las luchas y aportes de las mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries afrodescendientes en América Latina, el Caribe y en la diáspora africana en todo el mundo.
Por Noelia Aguilar Moriena
Desde 1992, cada 25 de julio se conmemora el Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. Nombre que fue expadiéndose en identidades sexogenéricas, por eso, en la actualidad se habla del Día de la Mujer, Lesbiana, Bisexual, Travesti, Trans y No Binarie Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora.
Sandra Chagas, negra candombera, afrodescendiente y activista por los derechos humanos expresa que “como mujer afrolesbiana-feminista esta fecha me recuerda que primero será siempre la pertenencia a mi quilombo, de pueblo negro, comunidad negra y después mi identidad de género. Soy y fui lesbiana y después llegué al feminismo, que justamente muchas veces nos llena de contradicciones”.
Porque, ya es sabido, no hay un sólo feminismo. Y tal cual expresa Sandra “no hay una forma de ser feminista, muchas de nuestras mayoras han sido históricamente feministas y no lo sabían y además nadie nunca se lo reconoció”. Es que la historia de lucha organizada de mujeres de las comunidades negras no inicia con el feminismo. Toma forma desde la lucha por la emancipación, hace más de 500 años.
Reconocerse negra
“En una sociedad racista, colonialista, patriarcal donde ser afrodescendiente es nuestro derecho humano a ser persona, no porque como negrxs no fuésemos personas, sino porque como negrxs siempre nos están quitando nuestros derechos jurídicos y también los derechos humanos, ser afrodescendiente es reconocerse dependiente de aquellas personas que fueron traídas en calidad de esclavizadxs a estos territorios”, expresa Sandra, quien es integrante de la organización afro, Matamba-lbtiqn.
Desde su Uruguay natal, donde está presentando la obra de la que es coautora, titulada La Artigueña que versa sobre la leyenda de Soledad Cruz, una lancera africana esclavizada que combatió en las batallas por el territorio de lo que hoy son las fronteras entre Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, la activista reafirma que “hoy en este mundo racista, solamente se puede ser antirracista porque nos siguen poniendo e imponiendo nombres coloniales para desacreditar nuestra tarea de empoderamiento identitario. Y sin identidad, no somos nada”.
Sandra vive en Argentina desde los 14 años y desde hace mucho lucha por “el reconocimiento de una población afroargentina que está negada e invisibilizada hasta en la Constitución Nacional”. Lucha “por reconocimiento y reparación”.
Su aporte para el reconocimiento de la población afro es constante. Milita, escribe, estudia Licenciatura en Justicia y Derechos Humanos y, también, hace radio.Todos los viernes a las 14hs. Sale al aire de radio CAPUT con su programa Negritud. “Cuando hablamos de negritud, hablamos de esa palabra que cuesta entender: ¿Qué es ser negra o negro en la Argentina? Un país con muchas dificultades para la negritud y que te obliga todo el tiempo a resistir y luchar por tus derechos”, afirma.
Argentina, país racista
Para Sandra, tanto “el racismo como el colonialismo siguen vigentes y gozan de buena salud”. Y con un gobierno nacional que propala por doquier discursos de odio, estos van directo “para nosotras, las personas afrodescendientes e indígenas”.
“Este gobierno desde que asumió nos está dejando y llevando a la muerte cerrando ministerios y callando las voces de las comunidades, violando nuestros derechos o haciendo de ellos como sino existieran”, reflexiona tajante al tiempo que advierte que “pasar hambre es genocidio, pasar hambre es racismo y el genocidio y racismo colonial perpetrado desde el Estado es institucional”.
Ante este hostil panorama social, Sandra insiste en luchar por una Argentina donde “haya menos genodicio del hambre y más antirracismo”.