Con la lucha de Madres y Abuelas como bandera

Con el legado de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la joven militante de derechos humanos, feminista y estudiante de la Licenciatura en Comunicación, Naomi Calabrese Cunti, integra el proyecto Marcas de Dictadura, un reservorio nativo digital con la temática de la última dictadura cívico, eclesiástica, empresarial militar argentina y con lo sucedido en la provincia de San Luis  en ese periodo, como eje de difusión.

Porque les jóvenes también luchan por la Memoria y Naomi da muestra de ello. En esta nota reflexiona sobre la importancia de la recuperación de la Memoria y el necesario activismo en derechos humanos para construir una sociedad más justa y libre de fascismos. 

Por Noe Aguilar Moriena

Naomi Calabrese Cunti vive en San Luis y se encuentra dando los últimos pasos en la Licenciatura en Comunicación en la Universidad Nacional de San Luis. Es feminista y militante de derechos humanos y, junto a otres estudiantes de las licenciaturas en Comunicación y Periodismo de la UNSL le han dado forma a Marcas de Dictadura, “el primer reservorio nativo digital de temática de dictadura de San Luis”.

Convencida que les jóvenes deben tener una participación activa en la construcción de una sociedad más justa y, en particular, en la reconstrucción y difusión de la última dictadura cívico, eclesiástica, empresarial, militar argentina, expresa que con Marcas de Dictadura “la idea es trabajar un proyecto que busque la Memoria, la Verdad y la Justicia a través de las nuevas narrativas transmedias y digitales”. 

El proyecto pretende rescatar aquellas marcas, huellas, heridas que dejó la última dictadura en Argentina y, en particular, en la provincia de San Luis. “La idea es que con las nuevas narrativas, los nuevos medios de comunicación, las redes sociales, poder trabajar el tema de la memoria, verdad y justicia y también poder dar lucha a los discursos negacionistas que tomaron fuerza estos últimos años”, detalla la joven.

Marcas de Dictadura nace en el 2023,  a partir del trabajo final de una asignatura y, desde entonces,  deciden  continuarlo e invitar a más estudiantes a construir juntes el espacio. Como explica Naomi,  “durante el primer año del proyecto estuvimos todos los días publicando la historia de une desaparecido/a de San Luis de la última dictadura”.

“Queremos dar otra perspectiva a la juventud que quizás hoy en día tiene un discurso hegemónico respecto a lo que fue la dictadura, lo que implicó y poder dar otro relato de lo que sucedió, de las víctimas, de les que sufrieron, de las familias, de les desaparecides y poder así,  llevar la lucha de las Abuelas y de Madres de Plaza de Mayo”, enfatiza Naomi. 

Naomi Calabres en el XV Seminario de Políticas de Memoria en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti – Octubre 2024

Experiencias que dejan huella

Junto al trabajo en redes digitales, comenzaron a  trazar articulaciones que le dieron vida a diferentes acciones en la ciudad de San Luis y trascendieron el mundo virtual. Charlas, talleres a estudiantes de secundaria, festivales por la Memoria, congresos han sido algunas de las variadas participaciones que ese proyecto ha ido encarando de la mano de jóvenes estudiantes de la universidad pública. 

A principios del 2024 Marcas de Dictadura, junto a otras organizaciones, realizó un conversatorio con Buscarita Roa, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y su nieta recuperada, Claudia Poblete como invitadas. Esa instancia es una de las acciones más emotivas que Naomi  detalla desde su recorrido en el proyecto. 

Buscarita Roa es la madre de José Poblete, detenido y desaparecido el 28 de diciembre de 1978. Ese mismo día también secuestraron a su esposa Gertrudis Hlaczik y a su pequeña hija Claudia Poblete Hlaczik, que en ese momento tenía sólo 8 meses. En el año 2000, Buscarita se encontró con su nieta, a quien buscó incansablemente junto a Abuelas de Plaza de Mayo.  Desde entonces Claudia la acompaña en la lucha por los derechos humanos, por visibilizar las atrocidades que impuso el terrorismo de estado y seguir buscando a les más de 300 nietos y nietas que aún faltan recuperar. 

“Fue muy conmovedor compartir con ellas, no sólo por lo que representa escucharla y verla hablando al lado su nieta recuperada, sino también porque fue muy emotivo el intercambio con los chicos y chicas de escuelas secundarias que le hacían preguntas y ella respondía desde el amor, desde la lucha”, detalla al tiempo que agrega que “la verdad que su lucha también nos emociona muchísimo y a ella le emocionaba ver jóvenes involucrades en estas temáticas y eso es a lo que aspiramos, poder involucrar a más jóvenes y que lleven la bandera de las Abuelas y de los derechos humanos”.

Un límite al fascimo con el ejemplo de Madres y Abuelas

El contexto negacionista e incluso reivindicador del terrorismo de estado que impone el gobierno nacional de la mano de Javier Milei y de su vicepresidenta Victoria Villarruel, ha encendido las alarmas de todas  las organizaciones de derechos humanos del país. Y Marcas de Dictadura no es la excepción. 

En esa línea, la joven militante expresa que  “los derechos humanos en la actualidad están siendo muy atacados y poco cumplidos por el Estado, que debería ser el principal garante de que se cumplan. Siguiendo las palabras de una mujer militante que vivió la dictadura y me  decía que no podemos hablar solo  de la última dictadura o de les desaparecides con gente que se está muriendo de hambre, a mí me marcó mucho esa reflexión  por eso entiendo que no podemos levantar la bandera de los derechos humanos refiriéndonos sólo a dictadura, sin ver todos los demás derechos que están siendo vulnerados hoy en día”.

Se imbrican las luchas y cobran vida las consignas de les 30.400 desaprecides. Esas que buscaban hablar de la construcción de una sociedad más justa, con vidas dignas para todo el pueblo. Por eso, Naomi expresa que las  agrupaciones de  derechos humanos, junto a la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia,  tienen que “defender todo. Defender el derecho a comer, al estudio, a una salud pública, porque también van de  la mano”. 

Con preocupación agrega que “el gobierno actual  tiene tintes fascistas y cada vez se profundiza más. La represión en la última marcha de jubilades fue terrible y es terrible que se lleven presas a personas que están ejerciendo su derecho a protestar”.

El sector de la  sociedad apática y que no se inmiscuye en las problemáticas que atañen a todes es otra intranquilidad  para Naomi: “me  parece terrible el adormecimiento que siento en el resto de la sociedad. Hay una parte que estamos muy enojados, enojadas y activando,  pero otra parte del pueblo argentino está muy dormida. A mí eso me duele muchísimo y me pregunto hasta qué punto tenemos que llegar para que de verdad nos parezca mal lo que está sucediendo en nuestro país”.

Por eso, la joven insiste en tomar el recorrido de Madres y Abuelas porque “en esas luchas creo que hay que inspirarnos para poder combatir hoy en día. Es momento de que nos plantemos como sociedad y digamos que no se puede continuar así y que hay que poner un límite a esta situación”. Y el ejemplo, definitivamente, lo toma de las incansables luchadoras por los derechos humanos, las Madres y Abuelas que son referencia mundial indiscutible. 

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