Vínculos entre 1976 y 2025. La memoria nos convoca 

Durante la última dictadura cívico-eclesiástica-empresarial-militar se implementaron políticas sociales y económicas similares a las que el gobierno de extrema derecha de Javier Milei, instaló a partir del 10 de diciembre de 2023. Un modelo neoliberal de autoritarismo y debilitamiento de las instituciones democráticas que sólo cierra con represión. 

Por Laura Rosso

El 24 de marzo de 1976 se concretó en Argentina otro golpe de Estado perpetrado por las Fuerzas Armadas. A lo largo de toda la dictadura, entre 1976 y 1983, las fuerzas represivas se transformaron en la pieza fundamental del aparato terrorista-estatal. Fusilamientos, secuestros, apropiaciones de bebés y desapariciones fueron la modalidad represiva oficial. Una trama en la que las Fuerzas Armadas concentraron la suma del poder, con una brutal escalada de violencia, tortura y muerte. El Estado como máquina de destrucción del campo popular. Así, construían poder e imponían obediencia a la población. El accionar “antisubversivo” se realizó desde la estructura y la cadena jerárquica de las fuerzas armadas y las de seguridad que ya, desde 1975, tenían libertad de acción y podían intervenir en cualquier situación con “connotaciones subversivas”. A partir de octubre de ese año, el ejército disponía como metodología, del uso de dependencias de las fuerzas armadas y de seguridad, policías provinciales y propiedades particulares como Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio, controlados y operados por su personal. Los medios de comunicación eran un elemento más de la composición civil de la dictadura. Gran parte de ellos fueron cómplices, tergiversaban los hechos ocurridos y presentaban como “enfrentamientos” lo que eran masacres en la vía pública por parte del aparato represivo. Mucho menos hacían referencia alguna a las detenciones clandestinas. Es decir, eran propagandistas de la dictadura militar.  

Marzo, 2025 

Hoy se vive bajo un estado de estupor. Hay una regresión de los valores democráticos, con un gobierno que quiere instalar el mismo plan económico de la dictadura. Un contexto en el cual el neoliberalismo económico se funde con el autoritarismo. Negacionismo, decretos anti-derechos, la ministra Patricia Bullrich y su armado represivo contra la protesta social en las calles. La libertad de mercado es a cambio de libertades básicas. Durante el período electoral, el candidato Javier Milei presentó en la plataforma de La Libertad Avanza las propuestas que hoy está llevando a cabo: ajuste, privatizaciones, mano dura, dolarización -con la idea de eliminar el Banco Central-, la supresión del gasto público, la baja en la edad de punibilidad, la libre portación de armas, el libre mercado de alquileres, aumentos en los servicios públicos -agua, luz y gas- y baja de los aranceles para las importaciones. Notables coincidencias con el plan de Martínez de Hoz de 1976. Este gobierno de extrema derecha que, con sus “ideas libertarias”, quitó subsidios y protecciones, desfinanció programas y políticas de género, suprimió ministerios y niega sistemáticamente las violencias y desigualdades, busca también eliminar del Código Penal la figura de femicidio. Y como ocurrió durante la dictadura, genera una deuda externa extrema con el Fondo Monetario Internacional. 

Durante la dictadura, estas medidas se implementaron con el uso de la fuerza desde el Estado. 

Ese abuso de poder sigue existiendo y las consecuencias sociales son devastadoras. 

Estas “ideas de la libertad” no tienen nada de libres, corren por carriles autoritarios.

Este 24 de marzo, las banderas de Memoria, Verdad y Justicia, tienen que atravesar la lucha por un país más justo, soberano y solidario, en el que se puedan ejercer plenamente todos los derechos y aparezcan los nietos y las nietas que faltan encontrar. 

Por todo esto, ¡nunca más a la dictadura!

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