Cuerpo a cuerpo: la red de socorristas se expande

Zondaia, la colectiva de Socorristas en Red de Mendoza, ya tiene su línea pública. A mediados de abril la nueva colectiva de acompañantes dió a conocer su télefono público para brindar información y acompañamiento a quienes deciden abortar. Bajo el lema de “ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista” Zondaia presentó una ronda de conversaciones, intercambios y debates en torno a la ley 27.610 y la ley de Educación Sexual Integral.
Por Ada Augello
El 19 de abril pasado se dieron cita activistas feministas, acompañantes de abortos, quienes sostienen acompañamientos a quienes transitan situaciones de violencia por razones de género, integrantes de universidades, sindicatos y personal de la salud pública y privada. El encuentro giró en torno a cómo acompañar a quienes deciden abortar, por la razón que fuera, de modo legal, seguro y gratuito.
De este modo, Socorro Zondaia tiene su línea telefónica encendida de lunes a viernes de 14 a 18 horas, desde el 21 de abril pasado. El número es el 261 6009324. El nombre de la agrupación refiere al viento Zonda, habitual en aquellos territorios, que viene desde el océano pacífico arrastrando todo a su paso. Sopla tan fuerte que de frío pasa a cálido, descargando nieves sobre la cordillera de Los Andes.

Este nuevo lanzamiento da cuenta de la definición de la Red de socorristas de Argentina, que apuesta a expandir la organización feminista en todo el territorio nacional, e incluso teje redes para crecer en Latinoamérica y el Caribe desde la Red Compañera. En este caso, luego de un proceso de acompañamiento a quienes se sumaron a la tarea de hacer vivir la ley de aborto y armar poco a poco un mundo con más justicia reproductiva, la Red se reunió en la ciudad de Mendoza, para fortalecer alianzas y hacer cuerpo de las infraestructuras de cuidado que crea momento a momento.
Ante la crueldad que promueve y ejecuta el gobierno nacional, y sus colaboradores, el activismo feminista resiste en el abrazo colectivo. Resiste al odio compartiendo y creando saberes en conjunto. Esta vez con la colectiva feminista de San Juan, Las Hilarias, y junto a Socorro Rosa Comarca Andina, del suroeste rionegrino y noroeste chubutense.
La colectiva lleva un nombre que simboliza lo que una de sus integrantes pretende plasmar con palabras: “abrimos la línea y entra una llamada detrás de otra”. La activista adjetiva el encuentro de lanzamiento como “re lindo, tenernos tan cerquita, sabernos que estamos todas juntas”. Es un cuerpo colectivo, donde sus partes nunca actúan en soledad.
“Conocer las formas, los modos de trabajo, de organización y hablar, conversar sobre cómo cada colectiva se maneja, en la forma de los talleres, en cuanto a población, flujo de llamadas, cómo acompañan, nos cambia la perspectiva”, relata la activista.
Zondaia se inscribe en la regional de socorristas del centro-norte del país, donde “los montañosos en general somos más cerrados, nuestro clima nos determina, somos una sociedad dentro de todo muy conservadora, y la Iglesia es fuerte acá todavía”.
Al lanzamiento se acercaron compañeras feministas de otros espacios, como la agrupación Mumalá, que se centra en el acompañamiento de violencias de género y brindan talleres, capacitaciones y contención profesional desde un centro de día ubicado en San Rafael.
“También vino gente de Casa Fusa, que ofreció articulaciones posibles con nosotras”, cuenta la activista al respecto del servicio de salud que se dedica a la promoción, la prevención y atención integral desde una perspectiva de género y derechos humanos.
Además, a partir del encuentro entre diferentes activismos surgen instancias de intercambio donde dar a conocer la línea telefónica y así acercarla a más personas que puedan necesitarla. “No puedo creer que tan grande es la red”, dice la activista con absoluta emoción en la voz; y no sólo la red sino la sinergia que la misma genera en otros espacios.

De lo personal hacia lo colectivo
Hace un año atrás una de las activistas fundante de Zondaia tenía un positivo en la mano. No lo podía creer, no estaba en sus planes. Buscó entonces una solución y encuentró una red de mujeres y diversidades que acompañan procesos de aborto legal, seguro, gratuito y sobre todo, feminista. Así empezó la aventura feminista que surge en un contexto político por demás complejo para los feminismos.
Le contó a una amiga, desahogó su angustia y escribió a ese número de teléfono desconocido que aparecía en internet, con una característica que se encuentra a más de 1300 kilómetros de la ciudad en la que vive. Del otro lado respondió otra mujer, le contó que se llamaba Rosa, le preguntó algunas cosas y le dijo que las socorristas podían acompañarla.
Su ecografía de control dió pocas semanas de embarazo, y el saco gestacional era anembrionado. Sin embargo, el proceso medicamentoso para la interrupción es prácticamente igual. “Pude pasar por el cuerpo todas las sensaciones que tiene el efecto de la medicación”, cuenta la ahora activista socorrista, para afirmar que: “lo pude pensar y pasar sin la carga social y emocional de ser juzgada o sentir que estaba haciendo algo mal, cómo se sienten la mayoría de las pibas acá”.
“Yo lo viví en un porcentaje mucho menor de lo que es en la realidad, y aún así las re necesité a las socorristas y me acompañaron de una manera que para mi fue increíble, entonces cuando lanzamos la línea y empezamos a recibir nuestros primeros mensajes y en el primer llamado en el que finalizas y antes de cortar te dicen ‘gracias, por que ahora estoy más tranquila’ confirmé más que un sueño cumplido”, relata la activista socorrista.
Detalla entonces que “esto es un sueño cumplido, fue algo que me propuse: no quiero que alguien en Mendoza tenga que pasar por esto sin tener la compañía que todas nos merecemos. Hay veces que no puedo creer lo grande que es la red, que todo lo que necesitemos ahí está”.
“A veces pienso que no vamos a poder, y hay infinidad de formas de acompañarnos y vivenciar personalmente”, cuenta con el entusiasmo de quien llega al activismo a cambiarlo todo: los vínculos sociales, el funcionamiento del sistema de salud, el modo de crear vidas y hacerlas acompañamiento a acompañamiento más vivibles.

