Una conversación habitada desde el sur
A comienzo del mes de septiembre, diversas colectivas de la patagonia confluyeron en una conversación plenaria a orillas del lago Nahuel Huapi. De esta manera, una de las ciudades más turísticas del corredor de los lagos, Villa la Angostura, recibió a 56 activistas socorristas para el encuentro y la conversación en una apuesta política que se sucede por sexta vez.
Por Ada Augello
Tan grande y profunda como un lago, la plenaria patagónica inundó la planta educativa de Villa la Angostura, al suroeste de la provincia de Neuquén. Colectivas de Viedma, Villa Regina, Neuquén, Aluminé, Sur de Chubut y provincia de Santa Cruz, Fiske Menuco, Esquel, Comarca Andina y San Martín junto a Junín de los Andes se hicieron presentes entre las montañas y a la orilla del lago Nahuel Huapi.
Rodeada de lagos, bosques y montañas, la conversación se abrió a partir de un análisis de contexto, en el que se recordaron diferentes estrategias que se han desplegado desde Socorristas en Red ante las coyunturas atravesadas durante 12 años de activismo.
En aquel punto de encuentro entre los territorios del sur, los propósitos de la conversación giraron en torno al reconocimiento de las coyunturas que condicionan nuestros activismos en las diversas geografías. Desigualdades regionales, estigmatización y violencia sobre quienes deciden abortar y quienes acompañan, insuficiencia de recursos, resistencias desde algunos sectores de la sociedad, y dificultades para la implementación de políticas públicas apuntadas a los derechos de las mujeres y personas con capacidad de gestar.
Estas instancias de debate y formación política resultan cruciales en tiempos de -precisamente- desafección política. Asistimos a un tiempo en que el activismo se encuentra demonizado por el propio jefe de Estado de la Nación, además del odio que se destila hacia las feministas desde el mismo gobierno.
A modo de contraste, en cada ronda, mate compartido y descanso al sol de las jornadas plenarias, se construye un espacio de escucha activa que deja entrever el ritmo y suspiro de un pensamiento político y profundamente feminista que encuentra en cada territorio su propio lenguaje. En cada uno de esos momentos, se fortalecen las articulaciones ya existentes y se crean nuevas.
Aunque la interrupción voluntaria del embarazo es legal desde hace cuatro años, el acceso a servicios de salud reproductiva varía significativamente entre localidades y regiones. En territorios donde prima la vida rural y las distancias son extensas, las mujeres y disidencias enfrentan mayores obstáculos para acceder a sus derechos. Más aún cuando son políticamente instauradas como zonas de sacrificio algunas regiones, decisión aseverada desde la implementación del RIGI en los territorios.
La estigmatización y la violencia que reciben quienes buscan ejercer sus derechos reproductivos es fuertemente notable a razón del aval que existe para determinados discursos y prácticas, que parecen totalmente habilitadas por el máximo poder ejecutivo nacional y sus seguidores. Esto aplica tanto a comunidades como a efectores del sistema de salud, que no sólo se encuentran en crisis institucional, sino que son agredidas y agredides por su posicionamiento en favor de los derechos adquiridos.
En un mismo sentido, la arbitraria faltante de recursos suficientes para la implementación de políticas de salud reproductiva exige a las comunidades la defensa activa de dichas políticas. Esta decisión, por parte de los Estados, no sólo afecta la disponibilidad y calidad de los servicios en tanto sistema de salud, sino que vulnera derechos básicos.
Además, la existencia de sectores sumamente conservadores, que continúan oponiéndose a derechos ya debatidos y adquiridos, influye en la implementación de políticas de salud pública y en la percepción del sistema público en general. La falta de educación sexual integral y la desinformación sobre los derechos reproductivos siguen siendo barreras importantes, afectando la libertad de las personas para tomar decisiones informadas.
Las preocupaciones son muchas y encuentran de igual modo muchos frentes. Ante ello, el desarrollo de políticas de cuidado y articulación desde los activismos son imprescindibles. Si algo sabe la red de socorristas es tejerse y sostenerse, a pesar de los avatares que le afecten.
Dimensionar la red
Las plenarias para Socorristas en Red, en tanto organización feminista y transfeminista, son espacios fundamentales para el fortalecimiento del activismo político. Tanto a nivel nacional como regional, se abordan temas cruciales como la implementación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (Ley 27.610), la creación de nuevas herramientas de resistencia y el fortalecimiento de las redes que tienen lugar en cada territorio.
Cada momento de reflexión y celebración de los logros alcanzados, así como de planificación de futuras acciones de lucha por alcanzar la justicia reproductiva, es una célula viva de la red de acompañantes de abortos.
Eso no quita que las conversaciones contengan tensiones entre quienes acompañan abortos. A la discusión respecto de cómo construir políticamente nuevos horizontes, que sean plurales y a su vez abracen las diferencias, las sistémicas violencias y la reproducción de las mismas no escapan. Precisamente, los feminismos enseñan a habitar la incomodidad, y en ella encontrar el movimiento que permita avanzar hacia esos otros horizontes. No sin ausencia de disputas.
A modo de encuentro y discusión, desde una punta a otra de los territorios las y les activistas nos disponemos a pensarnos en voz alta, contar con quiénes nos venimos entretejiendo y armando para activar en nuestras localidades y espacios de acción. Y también, para analizar la coyuntura socio-política actual en la que nos vemos sumergidas y sumergides.
Además, son discutidas las pedagogías feministas que promueven las autonomías y soberanías corporales de quienes abortan y acompañan abortos. Estos son los espacios en los que se planifican diferentes acciones para el acceso a interrupciones seguras, libres y cuidadas, acordes a los protocolos de la Organización Mundial de la Salud, para quienes así lo han decidido al cursar embarazos inviables para ese momento de sus vidas.
En síntesis, la conversación plenaria es una herramienta política sumamente poderosa que permite la discusión abierta y participativa sobre nuestros activismos, las coyunturas que nos envuelven y las perspectivas de futuro que vamos construyendo.