Aliviar dolencias
Laura, 30 años, Centenario, Neuquén.
Actualmente vivo en la ciudad de Centenario, Provincia de Neuquén.
Soy mamá de un nene de cinco años, producto de un embarazo no planeado. A pesar de que con mi pareja decidimos darle todo nuestro amor, y del apoyo y el acompañamiento de toda nuestra familia, ser mamá fue, y es aún, un proceso muy difícil para mí, que cambió mi vida completamente; todos los sueños y proyectos que tenía en ese momento, cambiaron rotundamente. Además, mi experiencia de parto fue, sin exagerar, sumamente traumática, tanto por el dolor que sufrí, como por las condiciones en las que di a luz. En ese momento decidí que nunca más volvería a pasar por eso.
Hace unas semanas me enteré que estaba embarazada a través de un test y decidí contactarme con las chicas de La Revuelta para que me informen acerca del aborto. Me comentaron que generalmente ellas acompañan personalmente a las mujeres que deciden atravesar este proceso, pero debido al aislamiento obligatorio, no están pudiendo hacerlo. Sin embargo, tienen una base de datos actualizada, con el contacto de todos los centros de salud que asisten en el proceso de aborto.
Así que me pasaron el teléfono del Hospital de Centenario para pedir un turno para ILE. Todo fue muy rápido, por suerte; me dieron turno para dentro de 4 días. La médica que me atendió fue super atenta; me hizo hacer una eco para conocer las semanas exactas de embarazo, me consiguió una entrevista con una psicóloga y una trabajadora social para completar un informe que acompañe el pedido de Misoprostol, y me dio todas las indicaciones habidas y por haber. Además, me pidió que después de realizar el aborto vuelva a verla para chequear que esté todo bien. Y finalmente me indicó un tratamiento con Ergonovina, que es una medicación que ayuda a contraer el útero para terminar de eliminar los restos que puedan haber quedado.
El acompañamiento que tuve por parte de las chicas de La Revuelta todo el tiempo (incluso en el mismo momento de realizar el aborto), que se hicieron sentir presentes, aunque no puedan estar físicamente; y el hecho de poder contar con el apoyo del Sistema de Salud Pública a través de profesionales, fueron fundamentales para aliviar de alguna manera las dolencias físicas y psicológicas que puede generar un proceso así.
Hoy siento que hice lo correcto, todo gracias a las socorristas. Y confirmo que la maternidad debe ser deseada, ¡o no debe ser!