Un baldazo de agua fría

Nancy, 18 años, Radal, Chubut.

Me llamo Nancy, y aborté en cuarentena. Hoy voy a contar mi historia… 

En marzo me enteré que estaba embarazada por medio de un test, en ese momento tenía un novio con el cual hablé del asunto. Charlamos, llegamos a la decisión de que aún no podíamos ser padres y menos por error o accidente. Nosotros confiamos en el condón, pero nos falló, confiamos en la pastilla del día después y también nos falló…  

Siempre estuve de acuerdo con la ley de aborto legal, seguro y gratuito. Al cumplir mis 18 fue como un baldazo de agua fría, me refiero a que nunca pensé que estaría en una situación así, o que iba a tener que decidir algo tan difícil, reflexionarlo y pensarlo bien. 

En mi familia son todos religiosos y están “a favor de la vida”. Jamás entenderán por qué tomé una decisión así, no podía contárselos por miedo a que me rechacen o me juzguen. 

Todo pasó muy rápido, los días pasaban y con mi pareja nos preguntábamos cómo íbamos a hacer y más con la situación de la cuarentena. Como estaba metida en la lucha, también estaba en grupos de Facebook donde había muchas mujeres que pasaban información sobre cómo usar la miso, “trucos” como infusiones y cosas así. Justo en ese entonces muchas de ellas se quejaban que había muchas estafadoras que decían vender miso y las chicas desesperadas pagaban entre ocho y diez mil pesos, pero las pastillas nunca llegaban. Les pedí ayuda, información sobre cómo hacer por mi situación. Una chica, Mica se llama, me dijo que me contactara en Facebook con una socorrista de mi localidad, y me dio una guía de números de diferentes lugares del país. Busqué en Facebook y me puse en contacto con una de las socorristas. Luego me puse en contacto por WhatsApp y les conté cómo era mi situación. 

Aunque ya tengo 18 años, mis padres desde siempre fueron muy estrictos y no puedo salir cuando quiero y donde quiero sin su permiso. Obviamente no podía decir la verdad, así que mentí. Una de ellas me escribió y me dijo que sería quien me acompañaría en todo el proceso, lo cual agradezco enormemente ya que tenía mucho miedo. A pesar de lo mucho que busqué y me informé sobre cómo iba a ser el asunto, ese miedo aún estaba. La chica que me acompañaba me recomendó que vaya al hospital y que allí me harían una eco. Fui, me hice la eco y el doctor dijo que tal vez no eran necesarias las pastillas porque aún no se veía nada, que posiblemente sea un embarazo anembrionario. La socorrista me explicó que es cuando hay un saco gestacional sin embrión y en ese caso a veces se produce un aborto espontáneo. Pasaron más días y yo buscaba otra nueva excusa para volver a hacerme una eco. En la siguiente eco sí se pudo ver que estaba de entre seis y siete semanas aproximadamente. Fue ahí cuando el doc me dio las miso y firmé un acuerdo de consentimiento. 

Esa misma noche hice el procedimiento. Fue a la noche para que mi familia no se enterara de nada. A las 21:00 me tomé el ibuprofeno y a las 22:00 comencé con las miso… tenía miedo, pero sabía que era lo correcto. Además tenía a la socorrista que me ayudaba y calmaba dándome información y consejos. Al ponerme las pastillas bajo la lengua pude sentir cómo se me adormecía la boca y después comencé con síntomas como chuchos de frío.

La verdad fue una noche en la que casi no dormí. Cuando llegué al tercer paso comencé a expulsar todo, lo primero que saqué fue el saco gestacional que no se deshacía con el agua. En medio del proceso me dieron unas ganas increíbles de tomar mates dulces… jaja mis antojos, XD. Todo salió bien y a eso de las seis de la mañana expulsé dos coágulos. 

Dormí un poco, sentía dolor así que dormí lo que pude. A las 9:00 me tocaba otro ibuprofeno, lo tomé y a las 12 del mediodía me sentía como nueva. ¡Tenía energías y fuerzas! Así que estuve a full todo el día. 

En los días siguientes continué sangrando y tuve dolores como menstruales. Fui nuevamente a hacerme otra eco para corroborar que todo estuviera bien. El doctor dijo que había expulsado todo, pero que sentía tanto dolor porque tenía un coágulo grande justo en el cuello uterino, que iba a costar que saliera y que me dolería mucho. Al día siguiente largué un pequeño coágulo, pasaron 2 o 3 días y el sangrado se fue. La socorrista me dijo que saldría en mi próxima menstruación y aquí estoy esperando a que me venga, seguramente a finales del mes, como siempre.  

En mi caso la miso me funcionó y estoy feliz de eso, luego la socorrista que me acompañó en el proceso me hizo unas preguntas anónimas para la protocola de acompañamiento. Es muy interesante saber el trabajo que se toman y la ayuda que brindan.  Estoy muy contenta de haber podido recibir su ayuda y sé que acompañan a muchísimas mujeres en sus decisiones. Es importante respetar el cuerpo y la decisión de cada una de nosotras.

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