Conversaciones aborteras. Experiencias sobre acompañar abortos y luchar por su despenalización en Chile y Colombia

En el marco del ciclo “Conversaciones Aborteras”, la Red Compañera desarrolló el conversatorio  titulado “Estrategias de acompañamiento y despenalización”. 

Por Noelia Aguilar Moriena

La charla virtual sucedió el 14 de marzo, fecha que en palabras de la moderadora Andrea Gonzalez, integrante de Socorro Rosa Comarca Andina en Socorristas en Red Feministas y Transfeministas que abortamos de Argentina, fue definida como “un día complejo para las acompañantes, es la primera vez que una activista es condenada en Europa, que se enfrentó a un juicio penal en virtud de las leyes restrictivas de Polonia y que es declarada culpable de ayudar a alguien a interrumpir un embarazo, a abortar. Entonces es un día particular para reflexionar sobre estos procesos”. Se refiere a Justyna Wydrzyńska y a una condena que ha sido repudiada por el movimiento feminista en todos los territorios.

Participaron de la charla dos integrantes de la Red Compañera. Francisca Labrin, integrante de la Red Con las Amigas y en la Casa y de OLA -Observadoras ley de aborto en Chile y Pimienta Estrada, integrante de Las Parceras, Colombia.

Al inicio, se hizo un breve repaso sobre la Red Compañera presentada como un  “espacio de articulación regional de organizaciones, de redes, de colectivas feministas y lesbofeministas que acompañamos a mujeres, a niñas y a otras identidades con capacidad de gestar a abortar de manera segura, cuidada y libre de todas las formas de violencia”.

Sobre el contexto y el recorrido del aborto en Chile y Colombia 

La conversación, en un primer momento, fue en tono descriptivo sobre el contexto de cada país. Luego se sucedería otro  más analítico, para pensar si acompañamiento y despenalización se complementan, si pueden ir a la par o se encuentran  en constante tensión. 

Además, se buscó entender  cómo han sido esos procesos, “cómo los han vivido en cada uno de los territorios donde se activa concretamente porque como dice Sara Amed, la teoría feminista es lo que hacemos cuando vivimos nuestras vidas como feministas”, expresó la activista de Socotristas en Red.

Sobre el recorrido en torno al aborto en Chile, Francisca, comentó que en los últimos años ha sido “bastante movido o líquido, porque hemos pasado por varios estadíos en muy poco tiempo” y agregó que “desde el año ‘30 el aborto es una demanda de las agrupaciones feministas en Chile”. Desde  ese año hasta el ‘89,  existió en el país trasandino una causal para abortar, la terapéutica. 

Le sucedió luego, el ostracismo que impuso la dictadura militar, que incluso  “meses antes de la vuelta a la democracia,  derogó la posibilidad  de abortar de modo terapéutico y de esa manera desde el año ‘89  hasta el 2017 en Chile quedaron prohibidas todas las formas de abortar”. 

La activista chilena detalló que fue en el segundo gobierno de Michelle Bachelet donde se presentó y aprobó el proyecto de abortos con causales. “Son tres causales: riesgo de salud de la mujer o persona que gesta, inviabilidad fetal y violacion”. 

Desde Colombia, Pimienta Estrada expuso la situacion de su país donde “en 1890 se sabe del primer intento de reforma que constituye al aborto en un delito y no sería hasta 1975 que se hablaría de una manera mucho más abierta sobre el tema”.

“Para la lucha tenemos en Colombia un nombre fundamental. Doloroso pero fundamental, y es el de Martha Sulay González que fue diagnosticada con cáncer y en el proceso de su diagnóstico se dan cuenta que pese a tener la ligadura de trompas, queda en embarazo y el Estado le niega la posibilidad de acceder a un aborto”, detalló la activista. 

El movimiento feminista la acompañó y el caso se vuelve tan mediático que tiene como resultado, en el 2006, la sentencia C-355 que establece las 3 causales de aborto: cuando el embarazo es producto de una violacion, cuando se comprueba malformación del feto y cuando presenta algún tipo de riesgo para la salud de la mujer,que es una causal que fue fundamental para nosotras.

Y, en palabras de Pimienta,  “no fue hasta el 21 de febrero del 2022 que la Corte Constitucional, despues de 523 largos días, vota y decide concederle este derecho mínimo a las mujeres y eliminan el delito del aborto hasta la semana 24. Esta sentencia se llama Causa Justa y fue gracias al movimiento feminista”.

Acompañamientos y despenalización, entre tensiones y diálogos

La segunda parte del conversatorio giró en torno a la idea de cómo las acompañantes se han ido insertando en los procesos de despenalización,  cuáles son las razones políticas que las llevaron, además de acompañar, a involucrarse en la incidencia por la despenalización o legalización. 

La relación planteada en el nombre del conversatorio, en palabras de las participantes, a veces se presenta como una tensión entre la incidencia política en los procesos de despenalización y el quehacer concreto del acompañamiento. ¿Estos  procesos se tocan, se complementan o no?, se preguntaron y reflexionaron las activistas feministas.

A Francisca, le agrada pensar “la relación de tensión permanente que de a ratos son complementarias, a ratos pueden no parecerlo tanto pero se ha probado y la experiencia nos ha dicho  lo necesario que ha sido  estar allí en los dos lugares a la vez”.

“Es más, según nuestra experiencia el acompañamiento que podemos hacer a mujeres que están acogiéndose al proceso de aborto legal, nos resulta más fácil hacerlo con el soporte de las redes de acompañantes. Sabiendo que hay redes de acompañantes que están allí ante cualquier tipo de violencia que pudieran vivir las mujeres. Y no las acompañamos en esa violencia y dolor, nos vamos, las sacamos de esos lugares”, reflexiona la chilena al tiempo que agrega  “creo que ese andar versátil es lo que nos permite acompañar mejor, volver siempre a esto a lo que hacemos siempre que es acompañar”.

Desde Colombia, Pimienta expresó que en los 15 años de causales, “las activistas y las que ahora nos nombramos como acompañantes, decidimos jugar y no jugar con estas reglas que nos impuso el Estado y empezamos de manera clandestina a acompañar, porque desde Parceras estamos a favor y en absoluta defensa de la clandestinidad”.

Por  “jugar con sus reglas”, entiende la ampliación de la lectura sobre la causal salud. “La utilizamos  a nuestro favor y a favor de quienes acompañamos”. 

Y agregó efusiva que “no jugamos con sus reglas porque nos dijeron que sólo era posible abortar en un centro médico […]  por eso fue urgente crear esas redes clandestinas de acompañantes”.

Así, la activista colombiana concluyó con la idea de haberlo permeado  “todo de una manera maravillosa porque logramos llegar a los lugares donde nunca imaginamos. Yo he acompañado a mujeres de todo el país. Y además, nos insertamos en el ámbito institucional. Un año después de las sentencia estamos en las mesas técnicas, incluso acompañando a acompañar institucionalmente porque ya sabemos que no solo se trata de dar información. Esto pasa por otro lado, pasa por una ética feminista, pasa por una lucha concreta que tiene que ver con reconocer a la otra, al otre cuando quiere abortar”.

De esta forma,  las redes de acompañantes a abortar van compartiendo experiencias y miradas para profundizar las estrategias que despliegan día a día en los más diversos territorios. Logran así, tejer redes que comparten estrategias e incidencias adaptadas a cada contexto. Logran, de esta forma, más y más  abortos libres y feministas.

Podés mirar el conversatorio completo aquí.

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